... carácter castellano. Entre aquella juventud bulliciosa, ardiente y emprendedora, tan dispuesta a una serenata como a un asalto, tan lista para escalar un balcón como una fortaleza, partían habitación ...
... nada... Cante usted, León; yo lo acompañaré a mi vez.-¿Quiere usted que ensayemos la «Serenata» de Don Juan?-Está bien.¡Qué diferencia de expresión, de sentimiento y de comprensión de la música ...
... , y estaba tan cierto de vencer, que ya pensaba en llevar la música de Cebre a los Pazos para dar serenata al diputado electo. Don Eugenio, aunque animado, no se las prometía tan felices. El gobierno ...
A un ruiseñorde José de Espronceda Canta en la noche, canta en la mañana,ruiseñor, en el bosque tus amores;canta, que llorará cuando tú lloresel alba perlas en la flor temprana.Teñido el cielo de ...
Despedida del patriota griego de la hija del apóstatade José de Espronceda & 160;& 160;& 160;& 160;Era la noche: en la mitad del cielo & 160;Su luz rayaba la argentada luna, & 160;Y otra luz más ...
... alas de murciélago. Tenía algo su traje del que luce Mefistófeles en el Fausto en el acto de la serenata. Había deliberado mucho tiempo a solas: ¿qué ropa llevaría? Cada vez le pesaba más la sotana ...
... que inspiró aquel hombre a mi alma, virgen aún de afectos; pero sí declaro que oí con emoción su serenata; que lo vi partir con pena, y que cuando allá, a lo lejos, me saludó descubriendo su cabeza ...
... encontrarlosfuera de la fortaleza. Grillo le había dicho que casitodos los días había serenata en la fortaleza, que la señoritaClelia Conti estaba muy pálida, enferma y otras cosas por elestilo ...
... ruido con los artilugios más idóneos o extraños, pues cada cual se había llevado su carraca. Aquello era una serenata descomunal, entremezclada de vivas, mueras, abajos y arribas. Montalbán trató ...
El verdugode José de Espronceda De los hombres lanzado al desprecio,de su crimen la víctima fui,y se evitan de odiarse a sí mismos,fulminando sus odios en mí.Y su rencoral poner en mi mano, me ...
... aceite, molino del Guadiana, propiedades de don Pedro Luis...), la cena, la iluminación, la serenata; y hoy disponíanse a telegrafiar esta jira campestre, cuyo interés principal estaba en mostrarle ...
... los barberos... y a los guardias. Repetirla aquí, con ciertas pretensiones, valdría como ponerse a cantar la Serenata de Schubert... después de haber dado con ella tanta lata por las calles la mujer ...
... por estar casada con el tacaño Cañamel, «que para nada servía...». Y a partir de esta copla, la serenata se convirtió en un venenoso chaparrón de escandalosas alusiones. La concurrencia se divertía ...
Fresca, lozana, pura y olorosade José de Espronceda Fresca, lozana, pura y olorosa, gala y adorno del pensil florido, gallarda puesta sobre el ramo erguido, fragancia esparce la naciente rosa. Mas si ...
La cautivade José de Espronceda Ya el sol esconde sus rayos,el mundo en sombras se vela,el ave a su nido vuela.Busca asilo el trovador.Todo calla: en pobre camaduerme el pastor venturoso:en su lecho ...
A la muerte de Torrijos y sus compañerosde José de Espronceda Helos allí: junto a la mar bravía cadáveres están ¡ay los que fueron honra del libre, y con su muerte dieron almas al cielo, a España ...
A una dama burladade José de Espronceda & 160;Dueña de rubios cabellos, & 160;& 160;& 160;& 160;& 160;& 160;& 160;& 160;Tan altiva, & 160;Que creéis que basta el vellos & 160;Para que un amante ...
... tal contexto aparecen composiciones magníficas, como la célebre Eine kleine Nachtmusik (1787; Una pequeña serenata nocturna), los seis cuartetos de cuerda dedicados a Franz Joseph Haydn o la Sonata ...
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