... deseo de venganza, después de algunos ataques infructuosos, acabó por alcanzar a su enemigo, y de un solo tajo le hendió la visera, la piel del cuello y la columna vertebral, e hizo volar su cabeza ...
... infinita y nueva trascendencia.-Su affmo.Luis Augusto.»-Toma, Godfrin. Para la quinta del Tajo. Pero acuéstate si quieres. No importa que no lleves esa carta hasta las diez.Y al tiempo que el buen ...
... formidables cantiles que sirven de caja a la tumultuosa y turbia corriente. Por su cauce de piedra, el Tajo se escurre furioso, enrojecido por las arcillas que arrastra, con murmullo que impone pavura ...
... encaminó a su fragua, agitando en lo íntimo de su alma ardides siniestros, puso encima del tajo el enorme yunque, y fabricó unos hilos inquebrantables para que permanecieran firmes donde los dejara ...
... y enhorabuena, buen rato después de sosegadas algoaquellas avenidas -que no suelen ser mayores las de Tajo-, aremiendos, como pudo, medio tropezando, dijo:-Mancebo, no me río de vuestro mal suceso ...
... decir que nuestras cabezas y las cabezas de todos los guerrilleros apost& 243;licos est& 225;n sobre el tajo. En mal hora vendr& 225;n esos valientes navarros y aragoneses, como no vengan, seg& 250;n ...
... tu cristal aumente.& 160;& 160;& 160;Mas, ¿qué importa que el llanto mío recibas, si no vas a morir al Tajo, adondemis penas pueda ver la causa de ellas?& 160;& 160;& 160;Tus ninfas en tus ondas ...
... 233;rcito de Dupont, que estaban en nuestro poder, como una v& 237;ctima maniatada y con la cabeza sobre el tajo. Durante la confusi& 243;n que sigui& 243; al ataque, algunas tropas acudieron a cercar ...
... llevaba la hija de mi tío, resuelto a matar a ambos.Y comencé por herir primeramente al negro, dándole un tajo en el cuello, y creí que había perecido".En este momento de su narración, Schehrazada vio ...
... se precia de criar en sus aguas peces regalados y de estima, sino burdos y desabridos, bien diferentes de los del Tajo dorado; y esto que agora os digo, ¡oh primo mío , os lo he dicho muchas veces ...
... río, es un impetuoso torrente que se precipita de la Sierra en el río Grande, abriendo un hondísimo tajo vertical, tan pintoresco como horrible. Aquella cortadura del único camino medio transitable ...
... del olivífero Betis, los que tersan y pulen sus rostros con el licor del siempre rico y dorado Tajo, los que gozan las provechosas aguas del divino Genil, los que pisan los tartesios campos de pastos ...
... huye con tus grilletes de prófugo perpetuotu nimbo sin eclipsestus desnudos complejosy el sempiterno tajo de fluviales tinieblas que te partelos ojospara que viertan coágulos de rancia angustia padre ...
... e Doña Sancha, en las faldas de la sierra de Gredos, y la vega de Santillán, bañada por el Tajo de arenas de oro. Añádanse a esto las tierras patrimoniales en Azpeitia, y otras adquiridas en el valle ...
... y desfallecimientos, el acto de echarle en la báscula, amarrado como un salchichón; el ruido seco del tajo al bajar vertiginosamente y el chorro de sangre, saludado por horribles bocas que exhalan ...
... no pocos militares, no perd& 237;an el tiempo en abrir el resorte, y cortaban lisa y llanamente de un tajo la parte aquella del pabell& 243;n; pues en ese carcheo hab& 237;a que andar aprisa. Trat ...
... iban trazando arcadas de esmeralda para perderse al fin en lo turbio, y reaparecer luego en la otra orilla, cuyo tajo a pique escalaban audaces con profusi& 243;n de hojas y de gu& 237;as.El lugar ...
... un poeta arcaizante del gusto recién acabado. Garcilaso, renacentista, desentierra a orillas del Tajo viejas mitologías equivocadas por el tiempo, con una galantería genuinamente nacional descubierta ...
... de vivapersona por la casa. Todo lo que yo había visto eran paredes, sin ver en ellasilleta, ni tajo, ni banco, ni mesa, ni aun tal arcaz como el de marras: finalmente,ella parecía casa encantada ...
... sobre la cabeza; y sin embargo, por aquel lado la torre era absolutamente inaccesible: querer subir por el tajo a pico sería como intentar asirse a una lisa pared de acero. Los que sitiasen a Landrey ...
47.188 palabras
Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar |
Más información