... ; polvo es ahora.Ya no enreda sus manos en tu cabelloni sus brazos amantes ciñe a tu cuello;ya, en tus horas de angustia, con beso ardienteno se posan sus labios sobre tu frente;ya de aquella mirada ...
... , y a veces el estado de su ánimo. Los pendientes de filigrana, las cadenas y medallas que colgaban del cuello y que relucÃan sobre la camisa y el canesú de la basquiña, completaban la arcaica figura ...
... compasión, ha mandado a la cocinera que me eche al puchero; y asÃ, esta noche va a cortarme el cuello. Por eso grito ahora con toda la fuerza de mis pulmones, mientras me quedan aún algunas horas ...
... 233;tica, marchando a ella con los pies gotosos, la cabeza temblona, los hombros y el cuello crasos. Sus cabellos, no obstante, se conservaban negros lo mismo que el lunar, y era que ella persegu& 237 ...
... s ideológico que cientÃfico. Para ello Ferrer no se andaba por las ramas, y decÃa a voz en cuello:«Queremos hacer reflexionar a los niños sobre las injusticias sociales, sobre las mentiras religiosas ...
... se alegraba de que rehusase la corona, me pidió que le desabrochara su justillo y presentó el cuello para que se lo cortasen. A ser yo uno del oficio, le hubiera cogido la palabra, aunque tuviese ...
... la barba del heterodoxo, dándole golpecitos a ratos o cogiendo entre sus finos dedos la piel del cuello con tanta fuerza a veces, que se oÃa la voz del marido: -¡Oh Que me haces daño. -Más mereces ...
... pelleja delgada. Et dam buena toca listada de cota, et dame çapatas de cuello bien altas de pieça labrada. Con aquestas joyas quiero que lo oyas, serás bien venido; serás mi marido ...
... trabajos, y de hallarse dispuesto a arrostrar otros tantos. Iba con la cabeza descubierta; colgaba de su cuello brillante cadena de oro en prueba de esplendor de su cuna, y sostenÃa con la siniestra ...
... y apacible. Meses ha fue aquejada de un humorcillo que primero se le manifestó en el oÃdo, luego en el cuello. Este achaque menoscabó grandemente su hermosura, por causa del sarpullido y del olor ...
... ennegrecido por el uso. El chiripá era largo, talar, y un simple pañuelo negro se anudaba en torno a su cuello, con las puntas divididas sobre el hombro. Las alpargatas tenÃan sobre el empeine un tajo ...
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