... , salvo algunas treguas reducidas, deb& 237;a durar cerca de diez a& 241;os a sangre y fuego, como en los cuentos de brujas y gigantes. Remolones y valientes, matreros y hacendados, todos formaban ...
... toma el jabón». Él: «socorro, que me mata esta perra; que me hielo; que se me sube la sangre a la cabeza». Ella: «lo que se te sube es la mugre; ráspate bien, hasta que te despellejes. Grandísimo ...
... tu discreto corazón no piense en ello. Sus ojos tienen que alimentarse. ¿Y qué hallará en mirar al diablo? Cuando la sangre se enerve con el acto del goce, necesitará para encenderla otra vez y dar ...
... falta de escrúpulos en los medios; los girondinos pretendieron detener, en un momento, los ríos de sangre, que ellos mismos habían abierto; aspiraban a una república del talento y la virtud. La lucha ...
... Santa Rita, lo más que irás será al Tercio, y para eso te faltan arrestos... Una oleada de sangre empurpuró el rostro del chiquillo, y hasta en el jaspe de los ojos puso vetas de coral, que hicieron ...
... c& 225;rceles no cab& 237;an los presos. Para desahogarlas, fusilaban. La tierra, sedienta, ped& 237;a sangre que beber. Cruzaba los aires pavoroso h& 225;lito de odio. O& 237;anse pasos de gigante ...
... de vuestro escelente caracter os inculpe en la amargura de mi alma de ser cómplice en la efusion de la sangre generosa que hoy ha derramado mi mano. ¡Pluguiese al cielo que hubiese yo antes perdido ...
... su padre, Luis XV, era un niño de cinco años, gracioso y delicado. El primer príncipe de sangre, Felipe, duque de Orleans, que el primer día de septiembre de 1715 asumió la regencia, tenía alrededor ...
... diciendo: "¡Alah akbar ¡bismilah " Y cogí el paquete de ropa manchada de sangre arrojado en la zafra, antes de desaparecer, por mi joven maestra. Y allí estaba su velo, su pañuelo de la cabeza ...
... es el lugar de su primer fracaso, y representa la imagen de Miranda y el exilio.Es un campeonato de crueldad y sangre. Son veinte días de horror. Los prisioneros criollos son fusilados ante los ojos ...
... -Me tuviste -El ruego -Ausencia -El dios triste -La muerte fuerte -El amor que calla -Íntima -La otra -El vaso -Volverlo a ver -La extranjera -Canción de la sangre -La fugaISBN 978-84-9963-294-0
... olores de resina, a las plantas sus balsámicas exhalaciones; y entre el sol que le requemaba la sangre y el vaho que se elevaba de la ebullición de la tierra, y la leche que le aletargaba el cerebro ...
... , le encontró Ángel, que sorprendido del accidente, se lamentó de que su destino le perseguía con espectáculos de sangre. Su mente excitada y propendiendo al simbolismo, vio en la colisión de D. Pito ...
... s cruzada de España, en un pueblo que antes de ser español fue moro, romano y fenicio. Tengo sangre de lemosín, árabe, castellano y murciano, y me hago por necesidad solidario de todas las atrocidades ...
... espíritu no dudó un momento que el hecho estaba consumado, y más viendo manchado de sangre el brazo de Sotillo. Pero toda la elocuencia de éste no logró sacarle el dinero, por lo cual los dos héroes ...
... , grandes cazadores y habilísimos jinetes. Nerón volvió a ponerlos de moda para ahorrar la sangre humana. Soltaban en el circo toros salvajes que eran acosados por tesalonicenses a caballo. Una vez ...
... señora; hay sobrado motivo para asustarse. ¡Esta es la fin del mundo ... Los Monfíes lo entran todo a sangre y fuego... Se cuentan horribles asesinatos cometidos ayer hasta en los ministros del altar ...
... estuviese contando un cuento fantástico de Hoffman) una, la existencia de la nobleza llamada sangre azul (ya ha tomado varios tintes); como es solo el tronco del cuerpo, ni piensa, ni obra, ni anda ...
... una posici& 243;n... Se& 241;ores, ma& 241;ana 22 ser& 225; un d& 237;a de sangre, lo dice Plobertin, que ha visto el sol de muchos d& 237;as de batalla.-Es desgracia que nosotros no podamos asistir ...
... , exclamando con delirio:-¡Está salvo ¡Bendita sea la Providencia y la justicia de Dios ¡Líbrese la sangre inocente, aunque sea a costa de la culpable -¿Qué has hecho, infeliz? -exclamó Pedro ...
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