... suburbio (poesÃa) -La viejecita -El guapo -Detrás del mostrador -El amasijo -En el barrio - De la aldea -Residuo de fábrica -La queja -La guitarra -Los perros del barrioRITOS EN LA SOMBRALos lobos ...
... falta de Camila vio su perdición.»Resolvióse, en fin, a cabo de una gran pieza, de irse a la aldea de su amigo, donde habÃa estado cuando dio lugar a que se maquinase toda aquella desventura. Cerró ...
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... obre las cercas, y era tan espesa la niebla en los marjales, que el poste indicador de nuestra aldea, poste que no servÃa para nada porque nadie iba por allÃ, fue invisible para mà hasta que estuve ...
... , las hacen reposar en pedestal de granito: esto, felizmente, es transitorio y efÃmero: glorias de aldea, se disipan con la muerte, y encuentran su ocaso en el sepulcro, porque no queda en pos ...
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... sobre la materia... Pero -añadió trocando su exaltación en abatimiento- un pobre cirujano de aldea, ya ve usted... ni influjos de arriba, ni apoyos acá; ocho de familia; pocos recursos... ¡Ah ...
... creyentes, todavÃa numerosos, en estas aristocracias de nuevo o de viejo cuño. Aquel astuto polÃtico de aldea calculaba, sin duda, que si bien mi padre no poseÃa una fortuna muy sólida, el porvenir ...
... Saavedra HALLÓ don Quijote ser la casa de don Diego de Miranda ancha como de aldea; las armas, empero, aunque de piedra tosca, encima de la puerta de la calle; la bodega, en el patio; la cueva ...
... depositan el cadáver en las afueras del poblado y el jefe, sus mujeres y todos los habitantes de la aldea marchan hasta el lugar en que se encuentra el cuerpo. Visten trajes de ceremonia; los tambores ...
... no quedarse enpueblos grandes, tomaron un camino de herradura que subÃa al monteHernio y fueron a dormir a una aldea llamada Regil.El tercer dÃa, de Regil cogieron el camino de Vidania, y llegaron ...
... , suelen utilizar palomas incendiarias para prender fuego a las chozas de las aldeas; pero nuestra aldea vuela más alto que sus palomas.-Está visto que un globo no tiene enemigos que temer -dijo ...
... en el suelo, al lado de la suya. El muchacho seacostó, y era tan violento el contraste del silencio de la aldea con aquellaalgarabÃa de ruido de pasos, conversaciones y voces de la casa, que, apesar ...
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