... , la noticia era falsa.Doña Pepita, la madre de Rosita, era una señora romántica, con unasideas absurdas. Adoraba a su hijo, vivÃa temblando de que le pasaraalgo, pero, a pesar de todo, habÃa querido ...
... , y aun deseaban martirios heroicos, y se met& 237;an en las conspiraciones m& 225;s absurdas e inocentes, y osaban decir en pleno foro, delante de los consejeros, cosas que pasman por lo valerosas ...
... «Trabb & Co.» habÃan procedido a preparar el entierro,posesionándose de la casa. Dos personas absurdas y de triste aspecto, cada una de ellas luciendo unamuletilla envuelta en un vendaje negro ...
... sarcasmo-; porque hay algunas clases de piedad que est& 225;n fuera del orden natural, que son locas, absurdas, rid& 237;culamente necias... Conste, pues, que el Sacramento lo rompiste t& 250;, t& 250 ...
... bicharraco». Ya se habÃa hecho de tal modo mi espÃritu a las cosas inauditas, descomunales y absurdas, que las palabras de la diabla no me causaron el efecto que ella sin duda pretendÃa obtener ...
... á procesado porque de palabra faltó al tribunal, se ignora cómo y cuándo». Las voces más absurdas y los dicharachos más irrespetuosos animaban los corrillos de la Carrera de San Jerónimo y calle ...
... mañana, no de la tarde). no leo ninguna obra seria, tan sólo novelitas anodinas y absurdas. a pesar del diploma, que me ha conferido la dignidad y madurez de una persona que ha terminado sus estudios ...
... a señora de Pineda de un modo maquinal. TenÃa la certeza de no estar diciendo cosas absurdas ni inconvenientes pero ignoraba la significación de sus palabras. DescribÃa tal vez su existencia en Aviñón ...
... la antigua Grecia, por ejemplo...Enmudeció. La historia iba a forzarle a hablar de cosas absurdas.Y la dama, que esperaba, opuso a su argumento:-El traje, no, bah, tampoco. Aun contando los de teatro ...
... otro de sensualidad, la sangre y bajeza de nuestros instintos nos llevarÃan a las consecuencias más absurdas. Pero poseemos la razón para templar nuestros movimientos de furia, nuestros aguijones ...
... pies. Antes de saber yo de la fábula del hombre-caballo, desde muy niña sentà vagas inclinaciones absurdas y una afición loca por las cuadras, las dehesas, las ferias de ganado caballar, las carreras ...
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