... dulces del amor.Que las más blancas rosasy que los lirios dengloriosascoronas a tu sién.Y que todas las Hadasdeshojen en tu honorrosadasilusiones en flor.Celeste prometidade un sueño virginal ...
... iba experimentando otra vez terrible desasosiego y sofoco. El barreno que antes le taladraba la sien, se había vuelto sacacorchos, y haciendo hincapié en el occipucio, parecía que enganchaba los sesos ...
... es separarse de su marido.Esther calló.-Ha caído usted en manos, no de un infame, ni de un canalla, pero síen manos de un desgraciado, de un pobre imbécil, sin talento, sinenergía, incapaz de vivir e ...
... Alberto le dolía la cabeza; una delgada pero intensa línea de dolor le cruza el pensamiento de una sien a otra. Los ojos se ciegan a intervalos cortos, al ritmo de los latidos que le suben del corazón ...
... puntos que sangran, lo hace mal. Inger la contempla, primero, y luego la guía:—Ahí, en la sien. No, la otra... Donde yo señalo...—¿Cómo quieres que sepa a qué lado señalas? –replica Oline ...
... del pantalón... cuestión de un minuto, de un segundo, de meter la mano, llevarse el arma a la sien y apretar el gatillo bruscamente, como quien pega cerrando los ojos un tirón. Sí, pero no lo haría ...
... de Zaide tus vestidos,Su corazón, si lo amas, tu tesoro.Al blando son de célica armoníaReclinarás tu sien entre mis brazosY nunca brillará la luz del díaSin que bendiga yo tan dulces lazos.Dirás ...
... gente, desde la flor hasta el blanquete, desde la guedeja rubia que el aire hac& 237;a temblar sobre la sien, hasta el medall& 243;n atento a las palpitaciones del seno, y el guante cuyas costuras ...
... contestó haciendo pedazos el vaso contra su rostro. Una extensa herida le cogía de la sien hasta la boca, de la que manaba sangre en abundancia. Diavolaccio, al verse así favorecido por la fortuna ...
... fijarse en la rubia, a distinguirla: estaba encantadora; un lunar de terciopelo del velito traveseaba en su sien, levemente sonrosada por la animación de la broma, y sus facciones ofrecían el movido ...
... fr& 237;o y negro, y ahora comprendo lo que era aquello: unas tijeras. Tengo aqu& 237; sobre la sien una rozadura... & 191;la ven ustedes?... Esos pelos me molestaban, y aqu& 237; del cirujano ...
... extraña: el pelo destrenzado y flotante sobre la espalda, y recogido lo demás en ancho lazo sobre cada sien; el blanco peinador mal ceñido a su cuerpo; entre las manos, convulsas, un papel, y la cara ...
... de indudable inter& 233;s para esta historia. Con los ojos cerrados, apoyada la calenturienta sien contra el tabique, entreabierta la boca, la mano izquierda en el suelo para apoyarse y la derecha ...
... & 243; con viveza los diarios que hab& 237;a conservado en la mano, y se levant& 243;, llev& 225;ndola a la sien como iluminado por una revelaci& 243;n s& 250;bita. A pasos lentos dirigiose enseguida ...
... años, de apariencias de treinta o treinta y cinco a nada que se prescindiese de la leve pata de gallo de su sien y de los hilillos de plata de su negra y rizosa cabellera, del cual no cabía duda ...
... lance del Prado.-& 161;Oh no -repuso Ra& 250;l pasando la mano por su sien.-Usted es la que debe perdonarme... No he podido reprimirme, pues sus palabras evocaron en mi memoria lejanos recuerdos ...
... dejóse caer al respaldo, en desánimo. Creía que se burlaba, y ni protestó.La frente y la sien y el cuello de esta mujer ostentaban al menos la pureza que él quería descubrirle en el espíritu: nacía ...
... puras, frescas y aromadas, un cabello blanco vio. Cual si un áspid enroscado, viese en su nevada sien, con iras y con desdén descompuso su tocado. Fue arrojando por el suelo collares, plumas, anillos ...
... inconstante beldad que el pecho adora.Vio dormido al esclavo...: frescas floresCoronaban su sien...: su labio impuroEn sueños murmuraba sus amoresY el desliz de otro labio más perjuro.El arpa ...
... ma& 241;ana?-As& 237;, as& 237; -repuso el lacayo, rasc& 225;ndose la sien-. Todav& 237;a no se acaba de convencer.-Se le ha puesto entre ceja y ceja que Villamil es un hombre necesario, y ap& 233 ...
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