... las doncellas llevarán a mi esposa a su aposento. Y yo me haré esperar mucho. Y cuando entre en la habitación atravesaré por entre las dos filas de doncellas. Y al pasar cerca de mi esposa le pisaré ...
Trafalgar& 160;: 4de Benito Pérez Galdós & 171;Se& 241;or Marcial -dijo & 233;sta con redoblado furor: -si quiere usted ir a la escuadra a que le den la & 250;ltima mano, puede embarcar cuando quiera; ...
Brenda& 160;: 35Comentariode Eduardo Acevedo Díaz Ra& 250;l le observaba con los brazos cruzados sobre el pecho y el ce& 241;o adusto, en esa actitud pasiva del que experimenta todo el rigor de un ...
... a un cuarto del primer piso, que daba al patio. La alegría de Cavalcanti era indescriptible.La habitación estaba blanqueada según es costumbre en las cárceles. Su aspecto pareció muy alegre al preso ...
... Continuación del truco: aspecto final de los papelillosCuando se haya hecho esto, uno se presenta en la habitación y, echando una mirada sobre los papelillos vacíos, nombra el número total de cerillos ...
... a que salgan todos los mochuelos, lechuzas, murciélagos, correderas y demás alimañas que allí han hecho su habitación... »Luego que termines estas operaciones salutíferas, mi buen Confusio -añadió ...
... atravesando a Chaves con la espada y arrojando su cadáver al patio. Martínez de Alcántara, en una habitación contigua, estaba ayudando a Pizarro a ponerse su cota de mallas. En cuanto se dio cuenta ...
... cercanos cigarrales, un calentador, dos cazos, dos sartenes, el almirez y los asadores. En alguna habitación oscura de la casa estaría el catre de la criada María Gómez, que le acompañó más de veinte ...
Amadeo I& 160;: 18de Benito Pérez Galdós Maravillado me dej& 243; la presencia de Maricl& 237;o, pues aunque bien conoc& 237;a yo sus naturales tendencias a la ubicuidad, no esperaba verla en aquel ...
Cádiz& 160;: 12de Benito Pérez Galdós Pasaron d& 237;as, muchos d& 237;as. Yo tan pronto deseaba volver a casa de Rumblar, como hac& 237;a intenci& 243;n de no poner m& 225;s los pies en aquella casa ...
... maderas y me instalé en una sillita baja, velando su calenturiento sueño. Estaba a obscuras la habitación silenciosa e impregnada de olores farmacéuticos; y... ¡no ocultaré mi flojedad reclinando ...
... ,para traerlas á tiempo.La criada mestiza, ayudada por los dos muchachos, quitaba la mesa, yla habitación con tabiques de madera iba tomando el mismo aire que siElena diese una fiesta. Los tres ...
... de virutas de madera, colocando además, en cada uno, una almohadilla. Luego dispuso que se guardasen en una habitación cerrada, y dio la llave a la Reina, con orden de no decir a nadie una palabra ...
... un chiquillo más malo? ¡Disparar así contra el viejo poeta, que lo había acogido en la caliente habitación, se había mostrado tan bueno con él y le había dado tan exquisito vino y sus mejores ...
... seres queridos habitan en esos sitios, en esos parajes ¡Oh, loores a Alah ¡cuán dulce es su habitación ¡Alah proteja los días pasados entre nosotros, ¡oh queridos amigos míos y ojalá nos reúna ...
... carcajada que me heló la sangre. Todavía estoy oyendo aquel ja ja ja que continuó con ella hasta la habitación inmediata, pues iba ya en retirada. Volvió para decirme desde la puerta: «Si has creído ...
... besó galantemente la mano de la reina y se retiró.Un momento después, pasó Ana de Austria a la habitación de su hijo ypreguntó a Laporte si ya se había acostado el rey.El fiel servidor le enseñó ...
... . La chimenea, un agujero cuadrado en el techo, no tiraba bien, y así el humo llenaba la habitación provocándonos la tos y enrojeciéndonos los ojos. A todo esto hay que añadir la presencia de Gray ...
Grito de gloria& 160;: 13de Eduardo Acevedo Díaz El general Lecor, gobernador de la Cisplatina, que cre& 237;a saber bastante de ciencia militar, y que en punto a planes de tactic& 243;grafo, no ...
... la orilla de la cama, que quedaba ya fuera de la luz, en la penumbra que borraba los muros de la habitación. El hombre volvió a dejar en las rodillas el libro que estaba leyendo y se frotó las narices ...
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