... , y tiene por ellos el mismo afecto que un padre para con sus hijos: su compasión es santa y enteramente desinteresada. No puedo por menos que hablar, aunque a la ligera, de alguna de esas almas ...
... ha sido la de Rafael Alberti, amigo del pintor desde 1931, en París. El poeta del Puerto de Santa María le ha dedicado un libro titulado en un principio Los ojos de Picasso, cambiado por Los ocho ...
... , si ay compas do se viue sin medida. 415 Sólo de gracias a Dios, que, por su santa clemencia, nos dio de la penitencia la estrecha tabla a los dos, para que, de la tormenta 420 ...
... Úrsula, sintiendo cierta veleidad mística, había manifestadoel deseo de entrar en el convento de Santa Clara, y mi madre no quería para vivir la antigua casasolariega, decidieron alquilarla.Yo, movido ...
... de muerte más terrible, de muerte espiritual, de impiedad ciega y funesta. Recordaba las lágrimas de Santa Mónica; pedía a Dios que iluminase aquel cerebro en donde habían entrado tantas cosas ...
... casa para recoger a su hijo, el cual, muy compuesto y pulido, con el pelo rizado, debía llevar la santa imagen acompañando a la novia.Además, había que buscar un coche para enviarlo al padrino de boda ...
... gigantes, respondió don Quijote, hay diferentes opiniones si los ha habido ó no en el mundo; pero la santa escritura, que no puede faltar un átomo en la verdad, nos muestra que los hubo, contándonos ...
... mujeres por miedo a los audaces pellizcos, y, sobre todo, no inspirar lástima, no ser tenido como una momia santa, en cuyos oidos resbalaban las palabras ardientes sin causar mella.Cada vez se sentia ...
... , y Maripujos sostenía que le había visto salir con una mortaja... Dejemos a los parroquianos de Santa María entregados a sus conjeturas, comentando el escándalo, y sigamos a nuestro pillete. Pipá ...
... revolución; que él se cuidaba tan sólo de cumplir su deber, y que no variaría de conducta por todo el Universo. «Santa Bárbara le acompañe -dijo Teresa, colándose incontinenti en otra indagación ...
... minuto puedo perderlo todo.Con movimiento apasionado abrió las Memorias dictadas porNapoleón en Santa Elena, y pasó dos horas engolfado en su lectura.Sólo sus ojos leían, es cierto, pero conseguía ...
... para reforzar a Cortés. En la mañana del día designado, los dos ejércitos, después de la celebración de la santa misa, avanzaron sobre la ciudad por sus respectivas calzadas.Cortés dio órdenes ...
... que he llevado, te avergonzarías. ¿Alguien podría decir al verme en este estado que mi madre era una santa? -La verdad es que no -le contesté. -Ah -dijo él-, pues lo era, tenía fama de muy piadosa ...
... están vivos. Les tengo miedo. Me recuerdan unas esfinges de Alejandría que persiguieron a una santa... Los versos entallados al borde de la fontana dicen que están de guarda, y que el no tener vida ...
... Bail& 243;n aquellas necedades en parrafitos cortos, y a veces romp& 237;a con una cosa muy santa, verbigracia: & 171;Gloria a Dios en las alturas y paz, etc.& 187;, para salir luego por este registro ...
... precauciones. ¡Qué mal efecto le hizo el portal mezquino y la escalera angosta y sucia de la calle de Santa Agueda Cuando su amante le abrió la puerta y se echó en sus brazos, Guerra, dicho sea ...
... el Norte de Monterrey; y cuando este grande e intrépido navegante pereció cerca del canal de Santa Bárbara, en Nueva California, su piloto Bartolomé Ferrelo continuó el reconocimiento de la tierra ...
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