... . Vierais allí la sopa de arroz calduda, que bastaba por sí sola a dejar ahíto al más hambriento, y después los pollos con tomate, precediendo a las magras también entomatadas, para hacer lugar ...
... tu aposento sola una hora;y ni tendrás clavadala rueda, aunque más puedas, voladoradel Tiempo hambriento y crudo,que viene, con la muerte conjurado,a dejarte desnudodel oro y cuanto tienes más amado ...
... "; nuevitos, dobladitos, azulitos, de un color azul de cielo ... En un brusco manotón de gato hambriento, alargó de instinto el brazo; crispados los dedos, como clavada la garra ya sobre el montón ...
... cierta ilusi& 243;n, especialmente a los adolescentes, que con la extravagancia del deseo hambriento sienten ante los desbordamientos e hinchazones de la hermosura en decadencia la admiraci& 243 ...
... Sacando fuerzas de flaqueza pudo llegar a Utiel, el calzado roto, los pies llagados, molido y hambriento, harto de trabajos, incomodidades y miserias. Pero le bastaba considerar que m& 225;s hab& 237 ...
... llegó a una enorme laguna a la que dio el nombre de Stanley Pool. Estaba extenuado y hambriento, pero la travesía había terminado. Acababa de descubrir una forma de comunicación entre una y otra parte ...
... marcha después de saludar al gaucho con ciertacoquetería, satisfecha de su emoción y del deseo hambriento quereflejaban sus ojos.--¡Pobre hombre ... ¡Un tipo interesante Mientras los tres jinetes ...
... pies con alpargatas que parec& 237;an de plumas.Aquella noche (nos referimos a la noche del caballero hambriento, que fue noche muy c& 233;lebre en San Salom& 243;) la de Montserrat hizo su viaje ...
... , que podrían más tarde con su encono, indigestarle más de una comida. Cuidaba de su caudal como un perro hambriento el hueso que roe, pero era pródigo a manos abiertas con los dineros públicos ...
... a husmearlo, y entonces se lo comía la señora. Yo corría junto al coche, bajo el ardor del sol, hambriento como sólo puede estarlo un perro y rumiando mis propios pensamientos. Aquello no era justo ...
... i esposa de pie sobre la tumba que me cobijaba. Y mirábame con los ojos del tigre hambriento cuando va a caer sobre su presa. Y ya no dudé de mi perdición irremisible. Y antes de que yo tuviese tiempo ...
... Felipe; dolares americanos, de águila y estrellas; piezas chilenas, con el cóndor, rapiñador hambriento, y bolivianos humildes, con la palmera achatada, mal acuñadas y de valor mermado; soles peruanos ...
... despu& 233;s Sola part& 237;a la perdiz, ofreci& 233;ndola pedazo tras pedazo al hambriento anciano.-Est& 225; sabros& 237;sima... Pero con la sorpresa de esta cena hab& 237;a olvidado... & 191 ...
... desear incesantemente nuevos relatos maravillosos que lo alejasen por unas horas de la realidad.Era un hambriento de cuentos, incapaz de hartura. En casa del canónigo, apenas veía al ama de gobierno ...
... y satisfecho. Los principios de su carrera hab& 237;an sido penosos. Aprendiz siempre hambriento, dependiente despu& 233;s en una & 233;poca en que los mayores sueldos eran de cincuenta & 171 ...
Poesías religiosas, caballerescas, amatorias y orientales Fernández Ruiz de Castrode Juan Arolas I«Dímelo todo, Fortún,»No me ocultes mi baldón,»Pues me anuncia el corazón»Que algo me callas aú ...
... : tu blasfemia me estremece... & 160;Deja que olvide a Dios el venturoso; & 160;pero tu labio hambriento y asqueroso & 160;con renovada fe bendiga y rece: & 160;& 160;Todo, menos su Dios ...
... a pagar todas juntas) si tú me ayudas y te resuelves a dejar tu apocamiento y timidez. A ese clerigón hambriento y necio es preciso espantarle de la casa, para lo cual yo y mi amigo vamos a inventar ...
... deberes, lo que cada uno se debe a sí mismo. Son caritativos, por supuesto. Dan de comer al hambriento y visten al desnudo. Pero sus almas pasan hambre y ellos mismos están desnudos. Nuestra raza ...
... airado tiembla sobre sus hondos cimientos robusto alcázar de piedra. La velluda piel eriza y hambriento bramido suelta el oso de esas montañas, desde su lúgubre cueva. Brame sañudo en buenhora, rayos ...
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