... retorció el pescuezo. Luego se echó el saco a la espalda y se fue derecho al palacio del rey.La guardia gritó:-¡Alto ¿Adónde vas?-A ver al rey -respondió sin más el gato.-¿Estás loco? ¡Un gato ...
La catedral& 160;: 1de Vicente Blasco Ibáñez Comenzaba a amanecer cuando Gabriel Luna lleg& 243; ante la catedral. En las estrechas calles toledanas todav& 237;a era de noche. La azul claridad del ...
... hoja brilló a la luz de la llama.La gitana dio voces, los ladrones se despertaron.-¡Qué es eso gritó Diego. ¡Qué sucede ¿Perico, vas a matar a una mujer?-No, no, no la quiero matar, exclamó ...
... continuó avanzando, perdió pie y el pequeño río la arrastró sin que nadie escuchara su débil grito. Benigno, al no hallarla en la casa, corrió al jardín, y al ver la puerta abierta, tuvo un triste ...
... allí, armados de hachas, y otrosdos se situaban en la escotilla principal. Entonces el piloto gritó con voz estentórea:-;Eh, me oís, los de abajo ¡Arriba todos, uno a uno ~.. Luego, anotar ...
... Gavroche se dijo: ¡Estará muerto El viejo no había pronunciado una palabra, ni lanzado un grito; se levantó, y Gavroche oyó que decía a Montparnasse:- Párate.Montparnasse se levantó, sin que el viejo ...
... manos enguantadas de sangre me persiguen. Pasos de goma van y vienen en silencio como ratones.Grito. Veo mis gritos que no se oyen, que no los oigo, que se alejan y se pierden. Última imagen mi boca ...
... cadena arrastró;condenada a una cruel servidumbrelargo tiempo en silencio gimió Mas apenas el grito sagrado¡LIBERTAD en sus costas se oyó,¡la indolencia de esclavo sacude,la humillada cerviz ...
... de que os hablaba antes, señor.-¿Cómo, pues? No se os comprende.-De un modo bien sencillo: la esclava no oye el grito de la sangre que trata en vano de alejarla del abismo que su ignorancia abre ...
... -. Vete a contar eso a la perra detu madre... ¡Moler No se puede dormir aquí.-Amolarse -gritó Manuel.-Eso ¿a quién se lo dices? -preguntó el Intérprete, echando la gorrahacia atrás y mostrando ...
La Segunda Casaca& 160;: 18de Benito Pérez Galdós Y romp& 237; a re& 237;r con m& 225;s fuerza. La revoluci& 243;n individual se hab& 237;a consumado en m& 237;. La segunda casaca, no menos rid& 237; ...
... a buscar una grúa.El señor Magdalena llegó, y todos se apartaron con respeto.- ¡Socorro -gritó Fauchelevent-. ¿Quién es tan bueno que quiera salvar a este viejo?El señor Magdalena se volvió ...
Luchana& 160;: 22de Benito Pérez Galdós Bien se comprende que en esta organizaci& 243;n previa del & 233;xito por la fan& 225;tica confianza del pueblo en s& 237; mismo, ten& 237;an la mayor parte ...
... en el oído por saber lo que diría.¡Oh, cielos ¡Qué gozo -¡Vela a sotavento -gritó el marinero.Mientras que los oficiales principales subían a ver el buque que se presentaba en el horizonte ...
... el joven, creyendo que la alzaba para darle un palo, corrió a la puerta y dio un grito al portero, que felizmente no se hallaba en su puesto.-¿Qué hacéis, joven imprudente, inconsiderado, ligero ...
El equipaje del Rey José& 160;: 21de Benito Pérez Galdós & 161;Cu& 225;ntos habr& 225; que al leer estas escenas que acabo de referir, las hallar& 225;n excesivamente tr& 225;gicas y tal vez exagerada ...
... detente ahí Lleva contigo este escarabajo.-¡El escarabajo, massa Will, el escarabajo de oro -gritó el negro, retrocediendo con terror-. ¿Por qué debo llevar ese escarabajo conmigo sobre el árbol ...
... . Por la escalera, él le ofreció el brazo a Renata.-Eh, concho, ¿dónde vais?..., ¡que nos pongan esto -les gritó el marido.Quería bajar en el ascensor. Explicáronle que hacía falta para subir ...
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