... Manuscrt. CAO, V, Universidad Autónoma de Madrid, Madrid, 1992.Crosby, James O., "Un grito de protesta, de desprecio y de independencia: Quevedo y los Juguetes de la Niñez", en Busquemos otros montes ...
... esquila.Alzola con la mano izquierda, y alargando crispada la diestra hacia el cant& 243;n barbot& 243; un grito de rabia.Casimiro pasose los dedos por los ojos, cuyas pesta& 241;as hab& 237;a pegado ...
... mano, le cogió violentamente la barbilla para que alzase el rostro, y con voz aguda y terrible gritó: -¿Y ahora?Calló la hija. Constábale que la persona que la interrogaba así había vivido largos ...
... , levantóse la visera, se mostró a él al descubierto. Y al verla, Hassán lanzó un grito y retrocedió espantado; porque, en lugar de una joven tan bella, por lo menos como las guerreras adolescentes ...
... cólera.Al punto hizo ir a su gran visir, y en cuanto se presentó entre sus manos, le gritó: "¿Dónde está el entrometido de tu hijo? ¿Y qué te ha dicho de los sucesos ocurridos estas dos últimas ...
Los cuatro jinetes del Apocalipsisde Vicente Blasco Ibáñez Tercera ParteIII - La GuerraIba ascendiendo don Marcelo por una monta& 241;a cubierta de arboleda.El bosque ofrec& 237;a una tr& 225;gica ...
... la memoria—; mejor busque usted, camarada, si algún poeta, un día...—¡Carajo —gritó el hombre de las barbas, que era más colérico de lo que parecía— No me cambie de tema. Las ilusiones ...
... cómo contestar, estuvo a punto de incomodarsede veras, y se habría incomodado de seguro, de no haberbrotado un grito de angustia de la garganta de su mujer. El segundo desus hijos acababa de escalar ...
... inapercibido en una próxima década, ahogada su poderosa voz por el estrépito de la pólvora, por el grito terrible del combate, y por el quejido lastimero de una sociedad espirante.Amalia (Tercera ...
... con que de fijo acogerían al ricachón sus presuntos herederos. Por fin, se decidió. -¡Ah, Rita -gritó como antaño, cuando llindaba en el Suqueru y desde el prado pedía la merienda a su hermana ...
... deber? Tu presencia en la fachada de esta casa ¿no tiene un fin solamente decorativo?”“¡Pero qué es lo que dices ”, gritó el telamón, pareciendo que la piedra se rompía al emitir aquella voz ...
... veo su garganta y la curva de su seno moreno y firme... Me doblo y lo muerdo..., y entonces grita, en grito ahogado, quedándose desmayada en abandono...-No, mira, Sarah... -digo de pronto levantándome ...
Doña PerfectaCapítulo II Un viaje por el coraz& 243;n de Espa& 241;ade Benito Pérez Galdós Cuando, empezada la caminata, dejaron a un lado las casuchas de Villahorrenda, el caballero, que era joven ...
... su figura en un espejo como silenciosa aparici& 243;n. Maria di& 243; un grito de sorpresa y de miedo.Alli estaba el maldito abogadillo de los lentes de oro, casi doblado sobre el piano, al lado ...
... p& 237;caros franceses prisioneros, que nos hicieron fuego desde la casa del alcalde. El vecindario clamaba a grito herido. Don Juan Mart& 237;n, haciendo valer al instante su autoridad, penetr& 243 ...
... sus yerros pasados. Que venga». Elías no la dejó concluir. Arrebatado de entusiasmo, alzó los brazos y gritó: «¡Lázaro, Lázaro ». Antes que Lázaro llegara, el realista se lanzó fuera, y le trajo ...
... gozado de un asomo de independencia y libertad. Después la Condesa, más que esposa, vino a ser esclava. Un grito, una palabra dura, un gesto amenazador de su marido bastaban a aterrarla. El Conde ...
VIIParte Primera (Capitulo X)de Benito Pérez Galdós «No, no, no -gritó Jacinta más bien airada que impaciente-. Ahora mismo... ¿Crees que yo puedo dormir en esta ansiedad?».-Pues lo que es yo, ...
... seráfica, la angelical cara de D. Ángel de Lantigua. El señor arzobispo de X gritó al cochero:-Pare usted, para usted... no entorpezcamos la procesión.E incontinenti bajó Su Eminencia, acompañado ...
... nuevamente su melancólico y guerrero instrumento y en medio del silencio que se estableció al punto, gritó con voz desaforada: -Fijosdalgo, caballeros, barones, quienquiera que seáis, aun de menor ...
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