... pesos. Llevaba las paradas en el puño y, de entre mis dedos salían los papeles, como espinas de un abrojo. Una por una, tuve que entregar las paradas.Me fui un rato a la carpa, con mis compañeros ...
... Segundo Sombra que en su paso por mi pueblo me llevó tras él, como podía haber llevado un abrojo de los cercos prendido en el chiripá.Cinco años habían pasado sin que nos separáramos ni un solo día ...
... día... -Eso será... -afirmó la dama.-¿Quiere que vaya enseguidita a avisar al señor de Sánchez del Abrojo? -No seas tonta... No es cosa para andar fastidiando al médico. Un meneo a la taza. Múdala ...
... encontrar empleo al tiempo; pero Tranquilo, que no olvidaba los consejos de su médico Sánchez del Abrojo y tenía particular interés en conservarse como una manzana, propuso al gentilhombre un paseíto ...
... la postración, la bulimia, la sed y la desecación del pobre cuerpo. Recordaba que Sánchez del Abrojo le había indicado cuánto alivio le proporcionaría un ligero sudor, y al observar los primeros ...
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