... Katia. Sí, se lo conté todo: ahora me acuerdo. Fue en Mokroie, mientras cantaban los tziganes. Yo estaba ebrio. Pero lloraba y me humillaba ante la imagen de Katia. Gruchegnka me comprendía y lloraba ...
... todavía, tuve alientos para deslizarme hasta la entrada, separar la roca y lanzarme fuera, como ebrio, y sin que mis piernas pudieran sostenerme de tan agotado como me encontraba por la falta de sueño ...
... de ser el éxtasis de los místicos Y don Saturno apretando el paso volvía a su casa ebrio de idealismo, mojando los embozos de la capa con las lágrimas que le hacía llorar aquel baño de idealidad ...
... encontrarse con Leguizamon y que si lo hallaba a su paso no atendiera a sus provocaciones, porque siempre andaba ebrio y no sabía lo que hablaba. El gaucho sagaz comprendió que Leguizamon conservaba ...
... que parecían ronquidos, saliendo a borbotones la sangre de su rota cabeza.Con la fraternidad del ebrio, acudió Terrerola el mayor en auxilio de su rival, mirando hostilmente a Batiste. Lo insultaba ...
... y el general, conde A..., desaparecieron bienpronto detrás de una hilera de sauces. Fabricio, ebrio de ira,llegó también a una línea de sauces; hallóse junto a un canalmuy profundo, que atravesó ...
... hab& 237;an portado con dignidad y bizarr& 237;a; el pueblo victorioso, mas no embrutecido por la matanza ni ebrio de sangre, se hab& 237;a detenido con respeto, quiz& 225;s excesivo, ante la puerta ...
... mucho tiempo con la boca pegada al gollete. De los tres, & 233;ste parec& 237;a el m& 225;s ebrio. Ten& 237;a los ojos enrojecidos, miraba duramente a todos lados y permanec& 237;a silencioso. S& 243 ...
... encontrarse con Leguizamon y que si lo hallaba a su paso no atendiera a sus provocaciones, porque siempre andaba ebrio y no sabía lo que hablaba. El gaucho sagaz comprendió que Leguizamon conservaba ...
... mucho tiempo con la boca pegada al gollete. De los tres, & 233;ste parec& 237;a el m& 225;s ebrio. Ten& 237;a los ojos enrojecidos, miraba duramente a todos lados y permanec& 237;a silencioso. S& 243 ...
... días de enfermedad. «Sosiéguese», repitió mi padrino. «Acompáñeme pajuera; ya no hay nada». Como un ebrio lo sacamos a la noche.Don Segundo le acercó al recado en que él había estado durmiendo ...
... entiendo -repuso Clemencia.-Pues nuestro inglés estaba... -dijo don Galo, y acercándose a Clemencia, añadió-: ebrio.-¡Ebrio -exclamó ésta asombrada.-Como una cuba -repuso don Galo.Don Galo refirió ...
... 243;n, & 191;qu& 233; puedo hacer sino morir? Y luego volvi& 233;ndome a los franceses ebrio de coraje, y sinti& 233;ndome con un valor inmenso, extraordinario, sobrehumano, exclam& 233;: -Canallas ...
... entiendo -repuso Clemencia.-Pues nuestro inglés estaba... -dijo don Galo, y acercándose a Clemencia, añadió-: ebrio.-¡Ebrio -exclamó ésta asombrada.-Como una cuba -repuso don Galo.Don Galo refirió ...
... 243;licos... A todas partes llega el francmasonismo.-Padre Chirlot -dijo Til& 237;n, ebrio de c& 243;lera- tan canalla ser& 237;a una Junta como otra, y tan bestia es Caragol como todos los dem& 225;s ...
... del día habían desaparecido, y un vientecillo fresco y suave refrigeraba el ambiente.Veremundo, ebrio de amor y de recuerdos, y alucinado por un entusiasmo imprudente, había hallado medio de bajar ...
... en rimeros grandes, preparan la camada nueva, y entretanto el hombre, de pie, apoyado en el mallo, ebrio de sol, despechugado, con la camisa de estopa pegada al cuerpo, despacha aprisa el espeque ...
... moneda como se imprime una novela popular, en rotativa; se descontaba con el desprendimiento del calavera ebrio, que siembra su peculio en medio de la calle; en la Bolsa se jugaba como en una timba ...
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