La campaña del Maestrazgo& 160;: 19de Benito Pérez Galdós -M& 225;s poeta eres de lo que yo cre& 237;a -dijo D. Beltr& 225;n, cogi& 233;ndole del brazo para pasear por el claustro-. Por cierto que ...
... sabiendo ella, así como llegamos con Galercio y Maurisa a su aldea, que Artidoro estaba en una montaña no lejos de allí con su ganado, sin decirme nada, se partió a buscarle. Hallóle, y, fingiendo ...
... daba parte de su fuga.Después, echáronse a andar los prófugos con dirección a Xochimancas, encumbrando rápidamente la montaña en que vimos aparecer al Zarco la primera vez.La comitiva continuó callada ...
... , no era feliz. No tardó en advertir que la realización de sus deseos no le procuraba más que un grano de la montaña de dicha que esperó. ¡Eterna equivocación del hombre que espera la felicidad ...
... y altitud de las plantas.En 1823 realiza, junto con Leonhard, un ensayo morfológico de los tipos de montaña en ambos hemisféricos, y en los «Anales de Ciencias Naturales» de París realizó un esbozo ...
... a decir que se llamaba doña Teresa Coteros, cepa de lustre en la Montaña), así como las de su hija, se pintaban solas para entender en ese ramo de golosinas. De lo demás y otro tanto, como la villa ...
... magulladuras que hinchaban sus hombros y su espinazo, como otras tantas colinas salpicando la cima de una montaña.Se levantó el atestado, inmediatamente, con las violencias ejercidas por el prisionero ...
La campaña del Maestrazgo& 160;: 5de Benito Pérez Galdós Cuando el pobre anciano despert& 243;, despu& 233;s de dar a sus huesos algunas horas de pl& 225;cido reposo, cont& 225;ronle sus amigos las ...
... a otra: ¡En la vaca entró Pasífae,para que el torito a su lujuria corra Luego como grullas que a la montaña Rifegustan de irse, y huir hacia la arena,unas del hielo, otras del Sol hartas,unas sombras ...
... que les rodeaba, el 2 de enero de 1800, los viajeros se decidieron a escalar la cima de la montaña que domina la ciudad. Hasta ese momento, ningún caraqueño se había animado a trepar al doble pico ...
Juan Martín El Empecinado& 160;: 2de Benito Pérez Galdós Pocos d& 237;as despu& 233;s nos unimos a la partida de D. Vicente Sardina, subalterno del Empecinado. He aqu& 237; c& 243;mo. Dorm& 237;amos ...
... de la Asamblea del 25 de septiembre —cuando se incriminaba a los girondinos—, desde lo alto de las tribunas (la Montaña) se oyó de pronto una voz chillona: «¡Pido la palabra para delatarme ...
La desheredadaPrimera ParteCapítulo I Final de otra novelade Benito Pérez Galdós - I -& 171;... & 191;Se han reunido todos los ministros?... & 191;Puede empezar el Consejo?... & 161;El coche, el ...
... , don Álvaro y Visitación Olías de Cuervo, trabajaban como titanes por derrumbar aquella montaña que tenían encima; el poder del Magistral. Si la muerte de sor Teresa fue un golpe que hizo temblar ...
... Narda ignorabade José María de Pereda Todas las romerías que he visto en la Montaña y fuera de ella, se parecen entre sí como las aves de una misma pollada; en todas, con leves diferencias de colores ...
... riesgos sí pararodar. El primer escalón era más dificultoso de subir que una montaña, pero una vezpuestos en él, las demás gradas eran facilísimas. Al contrario sucedía en las de la otra bandapara ...
... quiero. CARRASCOYo de mi gallega. 360LUISReino famoso adiós, que alegre hago ausencia de tu celebre montaña, pues que siendo mi patria como estraña diste a mi juventud siempre mal pago. & 160;& 160 ...
El equipaje del Rey José& 160;: 24de Benito Pérez Galdós Los ingleses llegaron despiadados, horribles, hambrientos de matanza y de bot& 237;n, como hombres que hab& 237;an estado luchando todo el d& ...
2.388 palabras
Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar |
Más información