Zaragoza& 160;: 14de Benito Pérez Galdós Agust& 237;n de Montoria y yo hicimos la guardia con nuestro batall& 243;n en el Molino de la ciudad, hasta despu& 233;s de anochecido, hora en que nos ...
Capítulo XVI& 160;17Pág. 17 de 27Del frío al fuegoFelipe Trigo¡Colombo ... ni una bruma ya siquiera en que fingirte. ¡Otra vez el buque, con su limpia azotea de la cubierta y sus blancas redecillas ...
El Señor de Bembibre Capítulo Xde Enrique Gil y Carrasco Don Álvaro salió de su castillo muy poco después de Martina, y encaminándose a Ponferrada subió el monte de Arenas, torció a la izquierda, ...
Amadeo I& 160;: 23de Benito Pérez Galdós En medio de la placidez de la vida campestre y balnearia, no se extingu& 237;an absolutamente las inquietudes de Obdulia. Una noche despert& 243; sobresaltada ...
Cádiz& 160;: 31de Benito Pérez Galdós Narrar& 233; punto por punto. Aconteci& 243;, pues, que cerca ya del oscurecer en el siguiente d& 237;a entraba yo con toda tranquilidad en casa de do& 241;a ...
Capítulo IV& 160;20Pág. 20 de 21En la carrera- Tercera parteFelipe Trigo«¡Trabajaré »... «¡Me sostendré con mi esfuerzo »...«¡La sostendré de mi esfuerzo »... ¡Oh, qué fácil esto para afirmado en ...
Capítulo II& 160;02Pág. 02 de 09Así paga el diabloFelipe Trigo-Siéntese. Ahora saldrá don Juan.Victorino se sentó y volvió a asombrarse. Un cuarto en toda regla.¡Caramba ¡Luego era verdad que era ...
Capítulo VI& 160;06Pág. 06 de 09Así paga el diabloFelipe TrigoPartió con Garona el coche.Juan sintió a Martina.-Don Juan, la señora llegó ayer. Me ha encargado que le ordene usted su biblioteca ahora ...
Capítulo II& 160;02Pág. 02 de 10El náufrago (Trigo)- Primera parteFelipe TrigoMas no eran tan dichosos, tan olímpicamente dichosos como suponía la multitud (que, á juzgar por el brillante fausto de ...
España sin Rey& 160;: 29de Benito Pérez Galdós Retirose el Bail& 237;o a su casa recelando que la traviesa realidad no quisiera ponerse de acuerdo con la inspiraci& 243;n prof& 233;tica... & 171; ...
La Revolución de Julio Capítulo XXIde Benito Pérez Galdós Estábamos en un terreno polvoroso que no sé si era camino, plaza, o ejido. Sentado yo en un trozo de construcción de adobes, que lo mismo ...
Ivanhoede Walter Scott «No conoce mi ánimo, si piensa que me hade dominar como a un esclavo.Ya verá bien que en medio del trastorno, dela gran rebelión que le amenaza sé tomar elpartido conveniente ...
Capítulo II& 160;02Pág. 02 de 11A todo honorFelipe TrigoA la siguiente noche volvió el joven ingeniero al Casino y vio nuevamente al que jugaba miles de pesetas, sonriendo, y al otro que pelaba las ...
Capítulo X& 160;11Pág. 11 de 27Del frío al fuegoFelipe TrigoHan barrido las olas. Se las ha llevado consigo el viento y no queda más que el patio infinito de suelo de cristal en que ellas juegan a l ...
Miguel de Cervantes y Saavedra; óleo de Eduardo Balaca.Cervantes y Saavedra, Miguel de (Alcalá de Henares, 1547 - Madrid, 1616), escritor español. Tuvo una vida muy agitada, de la que hay que destacar ...
Pío Baroja en 1936EN ese año de 1918 la Editorial Calleja da a la estampa unos volúmenes con su Obra Selecta, para la cual escribe un prólogo que puede considerarse como el antecedente de sus Memorias ...
Los Apostólicos& 160;: 26de Benito Pérez Galdós Deseoso de que su dicha fuera realidad dentro del m& 225;s breve plazo, D. Benigno arregl& 243; sus papeles y pidi& 243; los de Sola que estaban en un ...
Capítulo XV& 160;26Pág. 26 de 28El médico rural- Segunda parteFelipe Trigo-¡Anda, anda, los literatos -decía Jacinta al ver que su marido, según volvía a tomar por maña en estas noches, preparábase ...
Detalle de la figura de Dios en el momento de la creación del hombre. Bóveda de la Capilla Sixtina.ESTA modalidad artística es, sin duda, una de las más antiguas a las que recurrió el hombre para ...
Capítulo VI& 160;06Pág. 06 de 10El náufrago (Trigo)- Primera parteFelipe TrigoDespertó en una áspera desolación de pesadilla.El resplandor de ámbar que inundaba el dormitorio, filtrado por las ...
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