... ella resolución que la oportunidad y la proyectada hazaña requerÃan, como que desmayó al ver el tamaño de la contienda en que se habÃan metido, sin que cupiese en su imaginación cómo podÃan agitar ...
... jugando con el fango, que es el juguete más barato que se conoce. Amasábanlo para hacer tortas del tamaño de perros grandes. La niña, que era de más edad, habÃa construido un hornito con pedazos ...
... , y accediendo a estos deseos, dispuse en 1879 la presente colección; pero como La Sombra por sà sola no tenÃa tamaño y categorÃa de libro, han estado sus páginas, durante once años, muertas de risa ...
... siglos.Nos quedamos helados de espanto. La esfera, mitad blanca y mitad azulada, del tamaño de una bomba de diez pulgadas, se pasea lentamente, girando con velocidad sorprendente bajo el impulso ...
... y lleva tras sà la tierra de la batea, y el oro se abaja a lo hondo de la batea, que es cóncava y del tamaño de un bacÃn de babero, y cuasi tan honda; y desque toda la tierra es echada fuera, queda ...
... desde dentro hacia afuera en espirales cada vez más cerradas e infinitas. Su cuerpo adquiere el tamaño de una oliva que resbala y cae, con un ruido sordo, en unas aguas subterráneas que golpean ...
... , y servÃa perfectamente para ser reseñado en las cartas como marca de navegación. Pero no era su tamaño lo que emocionaba a mis compañeros, sino la idea de que a su sombra dormÃan setecientas mil ...
... dÃas enteros sin encontrar ninguna vegetación. Únicamente en las quebradas secas crecÃan ciertos cactos del tamaño de un hombre, rectos como columnas espinosas. Estos cactos, vistos de lejos, daban ...
... , y accediendo a estos deseos, dispuse en 1879 la presente colección; pero como La Sombra por sà sola no tenÃa tamaño y categorÃa de libro, han estado sus páginas, durante once años, muertas de risa ...
... escrito la Eneida entera en una cascara de nuez, o como el que habÃa hecho una hormiga perfecta, de tamaño natural, en marfil. Capocchio, mÃmico genial, o, como Dante Alhigieri le llama, «buen simio ...
Grito de gloria& 160;: 16de Eduardo Acevedo DÃaz Al d& 237;a siguiente temprano, Natalia, fuese al mirador.Era & 233;ste un cuarto muy peque& 241;o, con techo de teja y dos ventanillos, uno que miraba ...
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