... sabían como salir.El gigante continuó disparando proyectiles de la misma especie.Corrían las damas, levantándose las faldas para huir con más rapidez.Otras pataleaban caídas en el suelo, pidiendo ...
... ; me pareci& 243; solemne vi a la Reina levantarse. Hizo una reverencia de Corte, y seguida de las damas se retir& 243; a sus habitaciones. Empez& 243; el desfile de los caballeros en direcci& 243;n ...
... vislumbre de oro y colores de una casulla de tisú; quedó el concurso en mayor silencio; las damas abrieron sus libros con las enguantadas manos, y a un tiempo murmuró el sacerdote Introito y rompió ...
... estaba Sett-Zobeida, que no podía moverse de tantos esplendores como llevaba a partir del ombligo.Y las damas formaban dos filas frente a la sultana. Yo di un paso y besé la tierra entre sus manos ...
... í sujeta en aquel odioso castillo. Y entonces pensaba en los bizarros árabes de Granada, en las damas que rodeadas allí de su familia y mimadas y obsequiadas por sus animosos galanes, disfrutaban ...
... marcha real.¿Era que la Reina subía a la terraza? No; aparecían por la puerta de la escalera de Damas su mamá, asida al brazo de Pez, y su papá dando el suyo a la marquesa de Tellería. ¡Qué guapas ...
... perra y vil tirana,que bien pudiera yo muy dolorosas.Una mujer había, llamada Ana,entre otras damas bellas y hermosas;tomó paga del cuerpo una mañana, forzada de la hambre, y echa iguala,al pretensor ...
... papel y la madera de los embalajes. Sobre el sofá, media docena de figurines ostentaban en mentirosos colores esas damas imposibles, delgadas como juncos, tiesas como palos, cuyos pies son del tamaño ...
... habían de guardar, con orden de no dejar acercar a nadie sitio a su paje favorito, y a las damas que la sirviesen. Añadíase, además, que Usdróbal, que no sabía fijamente la habitación y no quería ...
... vago que, como esas mujeres, tomaba por exquisita sensibilidad, casi casi por virtud. Pero esta virtud para damas se rige por leyes de una moral privilegiada, mucho menos severa que la desabrida moral ...
... el pensamiento de Dios, mientras se representaban comedias en casa del embajador francés y que las dos damas que recitaron y que proporcionaron tanto placer a Roma, al contemplarlas, os harían caer ...
... a la posada un propio, mandado por nuestras damas... -¡Jesús ... ¿Y no se han muerto? -¡Qué se han de ... , y adelante, confiados en Dios y en nuestras damas, que con sus divinos...
... armas, su t& 225;ctica y sus banderas. Con menos ruido que los republicanos, con envenenadas iron& 237;as y menosprecios de damas linajudas, el bando borb& 243;nico hab& 237;a de dar m& 225;s guerra ...
... con más verdad, más pureza y mejores tonos); su Esfinge aborrece el gran mundo, a las damas encopetadas y pecadoras, y aborrece sin conocer, exagerando el pecado, la perversión, con una injusticia ...
... Este nuevo peligro indujo a Carlos V a hacer la paz con Francia.Cambrai o la «Paz de las Dos Damas»Todos estaban cansados de la guerra y los turcos marchaban sobre Viena (1529). Francisco I deseaba ...
... mérito. Uno de los palcos ocuparíalo la viuda; el otro sería remitido de parte del autor a unas damas andaluzas que infaliblemente invitarían a sus habituados Terry y Alejandro Llorente, a la sazón ...
... don Antonio, como que le quitaba otra cosa.Llegó la noche, volviéronse a casa; hubo sarao de damas, porque la mujer de don Antonio, que era una señora principal y alegre, hermosa y discreta, convidó ...
... las más interesables tal vez ciegan- llevan éstos lo que otros con muchos dineros. Eran estas damas como los que venden y juegan barquillos, que aunque pierdan una cesta, con una mano que acierten ...
... con un manto de terciopelo encarnado y una corona de oro, seguida de veinticuatro deslumbrantes damas de honor, cabalgando en fila india». Un embajador ante su corte la describe así: «Su traje ...
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