... , enfermizo, tardo en andar y ciego, al parecer, de ambas vistas. Vestía ostentosamente una ropilla de seda leonada, y sobre su pecho lucía una placa de oro mate con el blasonado escudo de Altamira ...
... ecer, mujeres, envueltos sus talles en menguados chales y sus cabezas en flotantes pañuelos de seda cruda, a manera de capucha, son las hembras de dos familias modestas que viven en una misma escalera ...
... un dedo en el timbre de la verja, examinó su vestido de seda negra. Databa de los tiempos de su pobre hija. Ella ... de oso blanco ó redondos almohadones de seda, abullonados y con un...
... tenido por sueño las exageraciones de Gaetano, fue la suntuosidad de los muebles.Las paredes estaban cubiertas de seda turca carmesí, salpicada de flores de oro. A un lado se veía una especie de diván ...
... e había arrollado a la cintura una faja de seda púrpura, entre la cual y la camisa se perdía ... rayado, pañoletas de espumilla a la garganta y pañuelos de seda cruda con grandes...
... la fuente, sobre un grande escabel de nácar, había una bandeja de plata cubierta con un pañuelo de seda, y sobre la alfombra estaba una vasija barnizada, cuyo esbelto cuello sostenía una copa de oro ...
... pantalón negro, chaleco grana y una chaqueta de paño azul con alamares negros de seda; y de uno de los ojales de ella, colgaba una divisa federal de doce pulgadas de largo. En la mano derecha traía ...
... imaginación del dibujante, veía éste pasar la esbelta figura de su mujer, y oía el crujir de la seda de la bata, y por debajo de los pliegues desmayados, distinguía la punta del diminuto pie calzado ...
... una sala magníficamente adornada, en la cual le esperaba el amo de la casa sentado en un diván de seda. Y se retiraron.Entonces avanzó Zein hacia su huésped, que levantóse en honor suyo y, después ...
... mecánico de níquel, caro, con mecha y borlas de seda, de los que para fumar usan nada más los señoritos ... que tal era la moda de llevarlo, y de seda la mecha, por eso, a cuantos...
... en igual ocasión de hacer visitas. Vestía sobre su emballenado corsé un rico traje de seda, hecho en París y guarnecido desde el cuello hasta el fin de la falda de riquísimos adornos de pasamanería ...
... regreso a Venecia - XIV. Cómo se escribió el libro de la división del mundo - Apéndice 1. La ruta de la seda - Apéndice 2. La Venecia de Marco Polo - Apéndice 3. Viajeros por el oriente medieval ...
... de oro que corrían por todas partes, enlazados en mil líneas perfectas; las paredes estaban tapizadas con seda de color de rosa; las ventanas tapizadas con finas cortinas de gasa, y el suelo cubierto ...
... la lectura y el juramento, no podía olvidarse de las aventuras de la tarde. Veía las cortinas de seda púrpura, la vajilla de oro; luego se le presentaban las mesas derribadas, las espadas brillando ...
... . Cuando quise mirar a Eloísa, ya no estaba allí. Huyó la pícara. Oí el roce de su bata de seda, y nada más... Dejando al pequeñuelo en poder de Camila, que había vuelto a entrar, salí a la calle ...
... iban tomando un tinte sonrosado; las nubecillas que bogaban por el cielo coloreábanse como madejas de seda carmesí; las acequias y los charcos del camino parecían poblarse de peces de fuego. Sonaba ...
... caricias de la lluvia, bajo el gran paraguas de seda roja con que le cubr& 237;a el sacrist ... pieles. Una preciosidad: un manto suave como la seda, grueso, tupido y ligero, como...
... completamente envuelta en un tupido izar de seda negra. Y era la hora del llamamiento a la oración ... manos, y les alargó las toallas de flecos de seda. Y entonces, completamente...
... , de candelabros de oro; el sexto, de confituras secas y de mirabolano, el séptimo, de lencería de seda; el octavo, de afeites y perfumes; el noveno, de instrumentos musicales; el décimo, de vajilla ...
... color de amaranto le ce& 241;& 237;a el cuerpo.Sus calzones de ante se ataban bajo la rodilla, y sobre las medias de seda llevaba gruesas botas de cordob& 225;n con espuelas de plata. El marsell& 233 ...
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