... desgraciada figura del buen Migajas. Con unas fosforeras doradas y muy monas en forma de zapatos le calzaron al momento. Por gorguera le pusieron medio farolillo de papel encarnado, y de una jardinera ...
... de indefinible género, una camisa que siempre es vieja, y a las veces blusa: nada de zapatos y muy poco de gorra. Son alumnos de la escuela de balde; y aunque concurren a ella dos o, a lo sumo ...
... ta las orejas; dos grandes hojas de naranjo pegadas con sebo en las sienes; unos viejos zapatos de paño que te servían de pantuflas, y las manos en los bolsillos del sobretodo.Lo irregular de su paso ...
... el poeta. Los hijos se suceden y se parecen, por lo menos en el mamar, comer y romper zapatos, y las ocurrencias originales, en prosa o verso, con que hay que comprarles tantas cosas como necesitan ...
... vez... así... rodar de "catrera" en "catrera", y los disgustos... esos atorrantes dechambergo blanco y zapatos de charol que te conocen y te siguen... y hasta las medias te roban. ¡Ah ,si encontrara ...
... repentino de ideas: & 171;Se me olvidaba... Tengo que decir a C& 243;rdoba que ir& 225; la remesa de zapatos la semana que viene... y dos millones en met& 225;lico. Lo apuntar& 233; en la pizarra ...
... alto, y dije la verdad. Mucha gente pobre tiene que andar descalza porque no puede comprarse zapatos. El Creador vio su oportunidad. Diré, de paso, que siempre tiene el ojo puesto sobre los pobres ...
... ;n de la estaci& 243;n, hendiendo a codazos la muchedumbre que obstru& 237;a la salida Con los zapatos llenos de polvo, llevando en las manos dos ramas de naranjo cargadas de bolas de oro que esparc ...
... imaginación mientras se atusaba el pelo con la mano y observaba la caída de las perneras sobre los zapatos, y estudiaba aires y posturas, sonrisas y ademanes A lo más angosto de la calleja llegaba ...
... l mal tiempo El agua le goteaba del pelo y de las ropas, le corría por la punta de los zapatos y le salía por el tacón y, sin embargo, decía que era una princesa auténtica.«Bueno, eso ya lo veremos ...
... .Veselovsky, hasta entonces, no había comprendido la verdadera elegancia del cazador, consistente en llevar ropa y zapatos viejos y en cambio efectos de caza inmejorables. Ahora, mirando a Oblonsky ...
... vez por verme. Nunca se sienta a mi lado, ni me cuenta cuentos de Doady, de cómo tenía los zapatos rotos y cómo estaba cubierto de polvo el pobrecito. Nunca hace usted nada por darme gusto, ¿verdad ...
... él se vistió con mucho tiento y se ciñó con una cuerda de algodón. No quiso calzarse zapatos en ninguna manera, y el orden que tuvo para que le diesen de comer, sin que a él llegasen, fue poner ...
... a todos y evitar sus travesuras y era difícil no confundir todos aquellos pantaloncitos, medias y zapatos de diferentes piececillos, así como desatarlos, desabotonarlos, reatarlos y reabotonarlos ...
... dijo Rakitine.‑No podrías estar nunca, Rakitka. Sólo puedes servirme para limpiarme los zapatos. Una mujer como yo no está hecha para ti. Y acaso tampoco para él.‑Entonces, ¿por qué te has ...
... , ni cobraba dinero por bulas o dispensas, ni gastaba esos lujos... como que nunca se puso zapatos. ¿Lo entiendes tú, Pepe? Me dirás que no, y que tus dudas son iguales a las mías... Pero tienes ...
... porque hay más de cuatro remiendos en tu vestido tan chico como el de una muñeca, y tus zapatos están agujereados y no llevas sombrero. Me gustaría tener una hermanita como tú. ¿Me das un beso ...
... por las calles, como si nos echaran a puntapi& 233;s... Yo estoy perdida de barro... Nieves, mira mis zapatos. & 161;Ay, lo que m& 225;s siento es llevarme barro de este pueblo ... Hasta el barro ...
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