... D. Jos& 233;, ayudado de su hijo Agust& 237;n, que tambi& 233;n trataba de vencer su acerbo dolor, deslig& 243; el cad& 225;ver de los brazos de do& 241;a Leocadia. El estado de esta infeliz se& 241 ...
... a la memoria están sumisos, que nace activa y desfallece presto. Así pende del ramo acerbo el fruto, y así maduro, sin impulso ajeno, se desprende después. Difícilmente nos acordamos de llevar ...
... salpicados por una sanguinolenta espuma. Dos lágrimas -toda su vida- surcaron sus mejillas para caer como acerbo reproche sobre las manos de su madre. Hortensia no se dio cuenta de estas lágrimas. Vio ...
... delante de él que el plan era un modelo de habilidad estratégica, se enardeció más, sosteniendo y recalcando su acerbo juicio. Al que me defienda el plan -añadió-, le declaro caballería. Fíjate ...
... salpicados por una sanguinolenta espuma. Dos lágrimas -toda su vida- surcaron sus mejillas para caer como acerbo reproche sobre las manos de su madre. Hortensia no se dio cuenta de estas lágrimas. Vio ...
... encontraba en mi existencia rústica.Aunque no me negara a los nuevos modos de vida y encontrara un acerbo gusto en mi aprendizaje mental, algo inadaptado y huraño me quedaba del pasado.Y esa tarde ...
... sonre& 237;r, cuando a& 250;n rodaban por sus mejillas las l& 225;grimas que le hizo derramar el acerbo dolor de la cura-. Pues, seg& 250;n & 233;l, este balazo es la forma expresiva con que la Divina ...
... brusco y enternecido, colmando por primera vez de secretas simpatías a su desgraciado padre, y un acerbo remordimiento empezó a punzarle las entrañas por su conducta pasada, al recordar que solían ...
... sentir alivio. Como entonces no se usaban anest& 233;sicos, hubo de soportar Fernando el acerbo dolor que con sus cuchilladas le produc& 237;a D. Segundo; pero trincaba bien los dientes y no exhalaba ...
... sentir alivio. Como entonces no se usaban anest& 233;sicos, hubo de soportar Fernando el acerbo dolor que con sus cuchilladas le produc& 237;a D. Segundo; pero trincaba bien los dientes y no exhalaba ...
... infamia?Constanza no pestañeó siquiera, ni perdió su aplomo. Luego con un acento contundente y acerbo, en que parecía exhalarse toda la hiel de su alma, dijo bajando la voz, que vibraba como un timbre ...
... faltó tiempo para llevarse consigo a su hija.El dolor de Lágrimas al separarse de Reina, fue tan acerbo y tan profundo, que a poco recayó en aquellos accesos de triste angustia, de inquietos insomnios ...
... rasc& 225;ndose contra las durezas del suelo, volv& 237;an sus reflexiones a distraerle del acerbo picor. & 171;& 161;Vaya, que si Juana Teresa conociera la cama en que duerme el padre de su difunto ...
... brusco y enternecido, colmando por primera vez de secretas simpatías a su desgraciado padre, y un acerbo remordimiento empezó a punzarle las entrañas por su conducta pasada, al recordar que solían ...
... D. Jos& 233;, ayudado de su hijo Agust& 237;n, que tambi& 233;n trataba de vencer su acerbo dolor, deslig& 243; el cad& 225;ver de los brazos de do& 241;a Leocadia. El estado de esta infeliz se& 241 ...
... sonre& 237;r, cuando a& 250;n rodaban por sus mejillas las l& 225;grimas que le hizo derramar el acerbo dolor de la cura-. Pues, seg& 250;n & 233;l, este balazo es la forma expresiva con que la Divina ...
... vida, ya haciendo voto de desafiar al conde y al infante don Juan en desagravio de mi afrenta. Acerbo era el golpe que don Juan Núñez descargaba sobre don Álvaro; así fue que perdió el color y estuvo ...
... a la memoria están sumisos, que nace activa y desfallece presto. Así pende del ramo acerbo el fruto, y así maduro, sin impulso ajeno, se desprende después. Difícilmente nos acordamos de llevar ...
... faltó tiempo para llevarse consigo a su hija.El dolor de Lágrimas al separarse de Reina, fue tan acerbo y tan profundo, que a poco recayó en aquellos accesos de triste angustia, de inquietos insomnios ...
... ? Yo no me asusto, ni lloro, sino que estoy alegre, m& 225;s alegre cuanto m& 225;s acerbo es mi padecer. De veras os digo que, al considerarme tan cerca de la muerte, contengo mi alegr& 237;a, no sea ...
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