... papel y la madera de los embalajes. Sobre el sofá, media docena de figurines ostentaban en mentirosos colores esas damas imposibles, delgadas como juncos, tiesas como palos, cuyos pies son del tamaño ...
... en que presentaron en cuadrilla sus dimisiones la camarera mayor, marquesa de Santa Cruz, y las trece damas. En vez de concretarse el Gobierno a cubrir estas vacantes, debió hacer el general expurgo ...
... suerte, que me ocurri& 243; poner una agencia de negocios. Hab& 237;a que ver c& 243;mo me solicitaban damas, oficiales, can& 243;nigos, marquesitos, & 191;qu& 233; digo?... & 161;hasta un se& 241;or ...
... lejos, en tres cómodos sillones, un anciano todavía robusto, en medio de dos reverendas damas; doña Beatriz y doña Serafina, constantes tertulias de doña Leonor, escuchando los tres con silenciosa ...
... Parando en firme el María Marí, tornaba a la Marcha Real la orquesta de bandurrias. Las damas, las muchachas, todos, corrieron a la escalinata del hotel, y tres o cuatro, con bengalas encendidas.Hubo ...
... Vio de pronto reunidos tantos viejos venerables y hombres maduros, de decorados fraques; damas que con tanta ligereza, altivez y gracia se deslizaban por el parquet o permanecían sentadas en fila; oía ...
... & 225;ndome cuando & 233;l se dispon& 237;a a partir. Y despu& 233;s de despedirnos de las dos damas, sal& 237; con el ingl& 233;s. Parec& 237;a que me llevaba el demonio. Episodios Nacionales& 160 ...
... diga... ¡Anda, vente ... Hendiendo un grupo de gente de la colonia francesa, abriéronse paso las dos damas, aproximándose a Pedro. Rafaela, aturdida, se dejaba arrastrar por Narda, dócil al impulso ...
... & 241;a Blanca, esposa de don Alfonso de Borb& 243;n y Este... Las Reinas y Princesas, as& 237; como las otras damas que pon& 237;an ante m& 237; los ricos manjares, retirando despu& 233;s los platos ...
... insaciable, del cronista mozárabe. Ocupaban las pequeñas y mal repartidas ventanas de las casas las damas principales; todo el señorío, podía decirse, de Huesca y de las vegas del Gállego, del Aragón ...
... D. Narciso, poniéndole a veces en gran aprieto. Si se trataba de organizar un minueto, las damas decían: «Eso Pluma es quien lo entiende». ¿Se trataba de dar un concierto? «Pluma dirá si se toca ...
... Usando entonces de aquella propiedad suya que ya conocemos, dio realidad en su mente al marqu& 233;s de Saldeoro, favorito de las damas, seg& 250;n dec& 237;an lenguas mil; le tuvo delante, le oy& 243 ...
... pudo oír leer aquellos versos & 91;10& 93;. No en vano, fueron la emperatriz y sus damas quienes también enseñaron a leer al príncipe. Se cree que tras aprender las oraciones básicas, el primer libro ...
... los ojos y apretársele el pecho; todas conocidas señales de haberle dado veneno.Acudieron las damas a la reina, contándole lo que pasaba y certificándole que la camarera había hecho aquel mal recaudo ...
... ;o templo ornado, con el mejor gusto art& 237;stico, junto a un reclinatorio de & 233;bano, dos damas depart& 237;an en voz baja sobre la ceremonia.Una de ellas era Julieta Camandria, que no hab& 237 ...
... de burla. Y así permaneció algún tiempo, aburriéndose y poniéndose cada vez de peor humor. Y todas las damas se reían al mirarle, y le dirigían bromas escandalosas. Una le decía: "¡Mico, ya podrás ...
... la manera de llevarlo ostentaba la cultura de las costumbres de Venecia, y el aliño seductor de las damas de París. Caíanle los cabellos en luengos bucles sobre el seno y las espaldas, y una especie ...
... 191;Qu& 233; importa?-No, de ninguna manera.La tarde ca& 237;a y la estancia se llenaba de sombras. Las tres damas apenas se ve& 237;an.-Luz, luz -grit& 243; Mar& 237;a-. Me muero en esta oscuridad ...
... los ojos y apretársele el pecho; todas conocidas señales de haberle dado veneno.Acudieron las damas a la reina, contándole lo que pasaba y certificándole que la camarera había hecho aquel mal recaudo ...
... bélicas. Poblaron las tribunas del Senado, en las tres sesiones que duró el alegato de Prim, damas elegantes, aficionadas al torneo de la palabra, y a ver sangre de reputaciones en la candente arena ...
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