... Señores..., es Satanás -continuó-. ¡Fuego ... ¡Que hagan pronto fuego ¡No tendré piedad de esta jata aunque sea del Estado ¡Quémenla ... ¡Quémenla ¡Que no queden sobre la tierra ni siquiera ...
... -Océano mar, que desde el frío Arturo -Maestro mío, ved si ha sido engaño -Codro, el temor con la piedad venciendo -Rompa con dulces números el canto -Yo soy la casta Dido celebrada -Ay dulce puerta ...
... -Océano mar, que desde el frío Arturo -Maestro mío, ved si ha sido engaño -Codro, el temor con la piedad venciendo -Rompa con dulces números el canto -Yo soy la casta Dido celebrada -Ay dulce puerta ...
... -Océano mar, que desde el frío Arturo -Maestro mío, ved si ha sido engaño -Codro, el temor con la piedad venciendo -Rompa con dulces números el canto -Yo soy la casta Dido celebrada -Ay dulce puerta ...
... -Océano mar, que desde el frío Arturo -Maestro mío, ved si ha sido engaño -Codro, el temor con la piedad venciendo -Rompa con dulces números el canto -Yo soy la casta Dido celebrada -Ay dulce puerta ...
... a ver de nuevo a un hombre por el que sentía acrecentarse su piedad hasta el punto de que después de haber pasado por la simpatía, esta piedad se encaminaba recta y a grandes pasos...
... las artes y lenguas clásicas, aceptación de estudiantes nobles y plebeyos y permanentes actos de piedad. Mientras, continuaba sus ataques a los malos prelados, a los abusos introducidos en la Iglesia ...
... -Océano mar, que desde el frío Arturo -Maestro mío, ved si ha sido engaño -Codro, el temor con la piedad venciendo -Rompa con dulces números el canto -Yo soy la casta Dido celebrada -Ay dulce puerta ...
... -Océano mar, que desde el frío Arturo -Maestro mío, ved si ha sido engaño -Codro, el temor con la piedad venciendo -Rompa con dulces números el canto -Yo soy la casta Dido celebrada -Ay dulce puerta ...
... fantásticos. Aquellas piedras venerables parecían pergaminos que hablaban del noble abolengo de la piedad de aquella tierra.El templo era pobre, pero limpio, claro; de una sencillez aldeana, mezclada ...
... comerciantes ricos. En el hospital, Sabino Arratia asist& 237;a con entra& 241;able amor y piedad a los heridos, y consolaba a los moribundos, asegur& 225;ndoles que de par en par se les abr& 237;an ...
... temblores de todo el cuerpo, y cuando D. Eustaquio le habla de Dios, ríe mordiéndose las manos. ¡Señor, Señor, piedad de estos pobres ...Vergara de Benito Pérez GaldósI -II -III -IV -V -VI -VII ...
... 243;n & 161;Viva Espa& 241;a & 187;. Aquel instante fue terrible, porque nos acuchillaron sin piedad; pero quiso mi buena estrella, que siendo yo de los m& 225;s cercanos a la pared, tuviera delante ...
... momento: el partido del rigor salió triunfante. Pero aquellos que habían oído la voz de la piedad, impotentes y dominados en el Senado, eran ardientes y numerosos fuera. La multitud indignada se armó ...
... su ser, gozaba con aquella revancha. Y habíale enganchado ahora a su carro triunfal, exhibiéndole sin piedad a su cansancio, cruel hacia aquel mal adquirido en brazos de la rival odiada, pensando ...
... del alma humana.El jesuita rezaba entretanto, contemplando la imagen del Redentor con piedad mucho más profunda y reverente.-¡Adiós, padre mío -exclamó Fabián, por último, abrazando al padre ...
... -Océano mar, que desde el frío Arturo -Maestro mío, ved si ha sido engaño -Codro, el temor con la piedad venciendo -Rompa con dulces números el canto -Yo soy la casta Dido celebrada -Ay dulce puerta ...
... .-Y despu& 233;s, al enterrarle, & 191;no derram& 243; usted l& 225;grimas amargas, ofrenda de piedad al muerto, y a Dios, que nos ense& 241;& 243; las Obras de Misericordia?-S& 237;, se& 241;or: llor ...
... que os veo.-Sí - respondió Ana-, pero debéis saber por qué y cómo os veo, milord. Os veo por piedad hacia vos mismo; os veo porque, insensible a todas mis penas, os habéis obstinado en permanecer ...
... -Océano mar, que desde el frío Arturo -Maestro mío, ved si ha sido engaño -Codro, el temor con la piedad venciendo -Rompa con dulces números el canto -Yo soy la casta Dido celebrada -Ay dulce puerta ...
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