... , la suma de doscientos mil dracmas y veinte ropones de honor". Y salí, después de dar las gracias, dejando a Harún en el límite del júbilo. Y se me acompañó a mi casa con el dinero y los ropones.Y he ...
... para prestar su auxilio al salvamento del caballero. Casos de abnegación semejante había en el mundo. Dejando, pues, a su amigo en casa, una mañana, bien custodiado por María Ignacia y D. Feliciano ...
... rimbombancias y otras que no recuerdo nos hablaba el se& 241;or aquel, m& 225;s fino que cari& 241;oso, dejando entrever su ego& 237;smo en sus actos de cortes& 237;a.-No s& 233; qu& 233; es peor ...
... con un leve y jacarandoso pañuelo de espumilla gris, prendido apenas sobre el robusto seno, y dejando ver hasta los arranques de un cuello blanco y mórbido. Gedeón tiene la boca abierta para decir ...
... fulgor de los astros que se destacaban en el fondo del cerúleo velo como chispas refulgentes que iba dejando en su camino el carro del Hacedor al cruzar la ancha red del universo. Noche de indefinible ...
... corazón, un soberbio diván de repis amarillo canario convidaba al reposo, y Perucho, dejando la candileja sobre el entredós, hizo seña al comandante de que podía sentarse si gustaba, al mismo tiempo ...
... 978-84-9963-150-9Capítulo XVLos duendes de la camarilla Capítulo XVde Benito Pérez Galdós Dejando correr, en una pausa breve, lágrimas dulces, lágrimas amargas, continuó Lucila su triste historia ...
... hospedó en uno de los khanes de la ciudad y dejó transcurrir tranquilamente tres días, descansando y dejando descansar a la mula, y cuando hubo respirado bien el aire puro de Alepo, pensó en continuar ...
... guardan un silencio sepulcral: con los ojos bajos, con los brazos cruzados, frunciendo las cejas, y dejando percibir tal vez la insultante sonrisa del menosprecio, describen un vasto círculo en torno ...
... -XXIV -XXV -XXVI ISBN 978-84-9963-261-2Capítulo XVIGerona& 160;: 16de Benito Pérez Galdós Dejando para m& 225;s tarde la exploraci& 243;n al mercado, march& 233; a la abandonada vivienda de D. Juan ...
... a sus ojos, y para disimularlo y esconderlo, con ambas manos puso máscara en su rostro. Mendaro, dejando pasar medio minuto, volvió a empuñar el aldabón y repitió los furibundos porrazos... La casa ...
... edificio era como de mesón, ancho, con todo el revoco desconchado en mil fantásticos dibujos, dejando ver aquí y allí el hueso de la pared desnuda y con una faja de suciedad a un lado y otro, señal ...
... pantanoso. Mujeres vi a lo lejos en chozas distantes, gordas, con tapujo de tela grosera y blanca, dejando ver las piernas coloradas de ancho tobillo. Unas lavaban ropa, y otras la tendían en retamas ...
... ;n sabe si rey de alg& 250;n reinito chico que le caer& 237;a por chiripa en los repartos europeos.Dejando aparte por ahora lo que se refiere a mi persona, voy a dar una idea de la opini& 243;n p& 250 ...
... e estatuas y de luces... que no todo Madrid era el anfiteatro de San Carlos. Pronto se fue el señor, dejando sola a la dama, y ésta le sonrió. ¡Ah Tembló el corazón del joven. Debieron de temblarle ...
... Arnal y el Conde de Casa Baia. «Por lo de su hermana, seguramente», murmuró.Se abrió la puerta, dejando paso a la criatura humana más hermosa que vieron jamás ojos mortales. Para crear una imagen ...
... la bandeja con vasos. Detúvose el grupo; el gaitero, vestido de pana azul, en actitud de cansancio, dejando desinflarse la gaita, cuyo punteiro caía sobre los rojos flecos del roncón, se limpiaba ...
... hab& 237;an testado tantos fieles en la hora de la muerte, reinas, magnates y simples particulares, dejando lo m& 225;s sano de su fortuna a la Santa Iglesia Primada, con el deseo de salvar su alma ...
... , el Instituto consideró costos «representativos» los de tres fundos del centro del país y uno del norte, dejando de lado los del sur, para terminar proponiendo un precio del trigo de 362 pesos base ...
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