... toma la molestia de pasar ante tus ojos.-¡Qué espectáculo ¡Qué asombro ¡Qué éxtasis ¡Un sueño en una hamaca -¿Y si almorzásemos? -preguntó Joe, a quien el aire libre abría el apetito.-Buena ...
... en la arcada que conduc& 237;a al patio. La se& 241;ora de Nerva ocupaba una silla de hamaca en el corredor del frente, descansando su cabeza en lo alto del respaldo.Incorporose con visible contento ...
... jibaro (así denominan allí a los campesinos), que pasaba su vida, o a caballo, o tendido en una hamaca, fumando y bebiendo café, ya en sus ingenios, ya en sus cafetales.La tercera, que se llamaba ...
... de las raíces que encontró a mano, y subió parriba arañándose en las ramas, hasta que halló como una hamaca de hojas.»Allí acomodó su arco, sus flechas y su frasco, disponiéndose al sueño.»Al día ...
... esta noche glorieta es un nombreY domina un espejo donde se inmovilizaHiladora palabra que se derrite hamaca vid saqueadaOlivo chimenea con tambor de resplandoresEl teclado de los rebaños se apaga ...
... duda, a mí no me destinaban a la marinería, porque me llevaron a la cámara de popa, me mostraronmi hamaca y un cofre de cinc y me dijeron que me explicarían mis obligaciones. Me conformé rápidamente ...
... por fin volar solo.Llevando una vida ascética —solía dormir en aeródromos, granjas o en una hamaca que colgaba de las alas de su aparato— se mantuvo vivo con un único fin: el de seguir volando ...
... el indio tiene, deja y los buhíosbarridos de alto a bajo y muy vacíos.A cual indio le toma la hamaca,a cual el pellejuelo que tenía, a cual, si le replica, allí le sacala manta con que el triste ...
... la cubierta "hasta que el bergantín dejase de serlo" Éstafue la expresión del cocinero, que lo arrojó a la hamaca, y es difícil precisar lo quequería decir con esta frase. Sin embargo, todo el asunto ...
Gruñe la hamaca, más allá del medio muro de tablas. Brillan las luciérnagas. Frota las lajas el río. Noche cerrada. Doble la risa ahogada. Caña y sudor. ...
... jibaro (así denominan allí a los campesinos), que pasaba su vida, o a caballo, o tendido en una hamaca, fumando y bebiendo café, ya en sus ingenios, ya en sus cafetales.La tercera, que se llamaba ...
... en que estará más segura una persona en la habitación será suspendiendo, si la tiene a mano, una hamaca con cordones de seda en un punto equidistante entre dos paredes y entre el techo y el suelo ...
... mueblaje, una docena de sillas con asiento de paja -las de enea, o anea de los españoles- dos sillones «de hamaca», amarillos, montados sobre simples maderas encorvadas, paredes blanqueadas con cal ...
... la joven se sent& 237;a triste e inquieta.Una vez en el gabinete, sentose en una silla de hamaca, diciendo a su sirvienta:-Advierte a Perea que puede venir ahora, y ordena se prepare el cup& 233 ...
... de calma, calma hasta a veces apasionante, cuando, alejado en un rincón, acurrucado en una hamaca de cubierta, escribe unas cuartillas.Sólo así sabía paliar aquel inicial desencanto que le producía ...
A flor de piel de Antonio de Hoyos y Vinent Capítulo VIIIUn juego de cartas es un libro deaventuras...ANATOLE FRANCE.Cuando Pedro de Monreal se vio en la calle, después de aquella escena con su mujer ...
... por su crimen o atemorizado por tan horrendo espectáculo, ordenó quelo cosiesen a su hamaca y se hiciesen los ritos usuales de un entierro en el mar. Despuésde dar estas instrucciones ...
... de un golfo, a orilla del mar. Se pasear& 237;anen g& 243;ndola, se columpiar& 237;an en hamaca; y su existenciaser& 237;a f& 225;cil y holgada como sus vestidos de seda, todac& 225;lida y estrellada ...
... la masa encefálica. Además, notaba cierta trepidación allá dentro, igual que si la cama fuese una hamaca, y a cada balance se le amontonase el estómago y le metiesen en prensa el corazón. La tila ...
... el horizonte.Dantés entregó al patrón el mando de su barco, y fue a su vez a reclinarse en la hamaca, pero a pesar del insomnio de la noche anterior no pudo cerrar los ojos ni un instante.Dos horas ...
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