... 161;Eh... se& 241;or marqu& 233;s del Barrilete -a& 241;adi& 243; dirigi& 233;ndose a D. Mauro- que me est& 225; Vd. metiendo por los ojos el rabo de su peluqu& 237;n. -Mujer -insisti& 243; Chinitas ...
... Sola se quedaba muda y sosegada otro largo rato sin decir m& 225;s que algunas palabras a media voz. D. Benigno que atend& 237;a a estos mon& 243;logos con tanto dolor como inter& 233;s, pudo entender ...
Los tres mosqueterosEl señor Bonacieuxde Alejandro Dumas (padre) Como se ha podido observar, en todo esto había un personaje que, pese a su posición, no había parecido inquietarse más que a medias ...
... correr, sin detenerse hasta llegar al pueblo.Sr. D. Carlos, dijo Amaro, quitándose el sombrero ... después con el perdón que me otorgó, gracias a vos?D. Carlos se acercó al gaucho, le...
... me complace que ya esté en Villarcayo nuestro ínclito D. Beltrán. Aguardo impaciente su primera carta ... mejoría. Trájome también una donosa epístola de D. Beltrán, de letra de...
... & 250;. Ahora tiene mucho dinero, sin que sepa yo de d& 243;nde le viene. Parece un potentado el tal Santorcaz ... dinero y m& 225;s dinero, por supuesto d& 225;ndoleun recibito en toda...
... , la medrosa caravana, miraron todos el rostro de D. Fernando, que, poniendo corto espacio entre la ... partida andaba mal de víveres, mandó D. Fernando a Urrea que franquease todo el...
... de esposa. En Durango la tienes hecha una madraza... -¡D. Fernando -exclamó Zoilo cerrando los puños-. No ... el reinado de la paz. Aparte hizo D. Fernando a Zoilo advertencias muy...
... Jaime había sin duda desdeñado por ella las más brillantes bodas. Luego la adoraba don Jaime. Y D. Jaime, elegantísimo, de noble familia, lleno de porvenir, honrado y respetado ya como hábil capitán ...
... de un coche de alquiler. En el fondo, Aristóteles y D. José Ido ocupan el asiento principal; a ... que me caen como el maná... Y ahora que nombro a D. Pedro, direte que ya ese hombre...
... 243;n propia de su car& 225;cter. Al entrar y subir det& 250;vonos un lejano y solemne rumor de rezos, y D. Diego dijo: -Aguardemos aqu& 237;; que est& 225;n rezando el rosario con Ostolaza, Tenreyro ...
... MR. DOZY,MR. ROMEYy MR. SACY, sabios extranjeros, enamorados de la España moruna: D. PASCUAL DE GAYANGOS, nuestro ilustre orientalista, acompañando, a fuer de buen traductor, a AL-MAKARI, historiador ...
... s fr& 237;a, m& 225;s blanca, m& 225;s sepulcral...-De modo -continuaba El& 237;as, cuando D. Felic& 237;simo encend& 237;a el candil& 243;n de cuatro mecheros-, que en vez de apartarles de ese camino ...
Los tres mosqueterosEn Franciade Alejandro Dumas (padre) El primer temor del rey de Inglaterra, Carlos I, al enterarse de esta muerte, fue que una noticia terrible desalentase a los rochelleses; trató ...
... s.Bien comprendes que no habr& 233; estado ociosa estos d& 237;as, pues he tenido que poner mesa par ... libre, a buscar buenos ejemplos en el A& 241;o Cristiano. D& 233;jame a m& 237; de...
... cambiado, en apariencia al menos. La misma serenidad, la misma dulzura de siempre. No se alteraba su voz al hablar de D. Jaime ni con D. Jaime. Al hablar con doña Luz, mostraba el Padre...
... Julio Celso Polemeano, un destacado senador romano. La biblioteca fue construida entre los años 114 y 117 d.C. por Tiberio Julio Aquila Polemeano, hijo de Celso, en honor a su padre. Celso había sido ...
... , e qualesi dimostra sulle prime ore d’un mattino di state, e tutto il composto è animato da ... unagreggia di pecore e di capre, e d’alcuni buoi sparsi qua e là con assai...
... ), L’evolució de l’ús del català en medicina a Catalunya durant el segle XX, Barcelona, Institut d’Estudis Catalans-Secció de Ciències Biològiques.↑ CALBET I CAMARASA, J. M. (1996), “Entorn ...
... : Imp. Moseen Alcover, 1937.— Epítome de Historia de España. Madrid: Hernando y Jubera, 1901.Sobre este autor— D.E.S.C. y R. M. Agustín Arnal: Biografía del Sr. Sánchez Casado. Madrid: Arnal, 1879 ...
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