... comparable al agujero de una letrina; sus ojos de pez le salen de los lados y parece que se le van a saltar hasta caer a sus pies; sus labios tumefactos se dirÃan una llaga maligna, y cuando habla ...
... que querÃa, el dedo en el gatillo, dispuesto a disparar en el momento crÃtico. Se aprestó el gamo a saltar, hizo fuego el tÃo, y el animal cayó mortalmente herido, mientras el cabrito huÃa a grandes ...
... me salen. No tienes pizca de trastienda, y no eres tú el que has de excitarme a mà y hacerme saltar... Eso quisieras. ¿Cargarme yo? Si me das lástima, fantasmón; si esta mañana no pudiste levantar ...
... pólvora y balas, manifestó que querÃa matar una de las numerosas cabras salvajes que se veÃan saltar de roca en roca, no se atribuyó su deseo sino a afición a la caza o amor a la soledad. Sólo Jacobo ...
... lo que pasaba, hicieron cancha inconscientemente y Moreira pudo pasar como un relámpago por medio de ellos y saltar sobre su overo, no sin haber tirado al pasar un par de puñaladas, que fue el único ...
... con cuanto contenÃa.Yo tuve el tiempo justo para retroceder hacia lo alto del buque y saltar al mar, mientras el monstruo acababa de tragarse la otra cuarta parte, y desaparecÃa en las profundidades ...
... estos animales tienen en las articulaciones de sus patas traseras es inmensa, y desde su puesto pod& 237;a saltar hasta nosotros. Yo observ& 233; que las miradas del animal se dirig& 237;an m& 225 ...
... tienes necesidad de casarte. Porque, lo mismo que el piojo ha roto la tinaja, corres tú el riesgo de saltar el muro e ir en busca de hombres. Por eso lo mejor al presente es que yo te case. ¡Alah ...
... esclava cogió en brazos al prÃncipe Alà y lo llevó a la embarcación, donde se apresuró a saltar Abalhassan. En cuanto a la esclava, se excusó por no poder acompañarlos más lejos, y con voz muy triste ...
... la portezuela del auto, al bajar. Josefina, la condesa, tampoco pisó muy firme el estribo, al saltar á tierra, por corresponder predilectamente á los afectuosÃsimos saludos de Anita Mir, del general ...
... y todo, se sorprendió de la violencia de aquel Ãmpetu, y procuró dominarse, pues le venÃan ganas de saltar del coche, de besar el suelo, de llorar y de reÃr, todo junto. El fresquecillo de la rauda ...
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