... de escapar de los tártaros, que no tenían monturas.¡Pero tantos esfuerzos debían resultar inútiles -¡Saryn na kitchu -gritaron los soldados de la primera barca.Miguel Strogoff reconoció el grito ...
... pie. «¿Quieres comer algo, Ujito gracioso? -le dijo la moza-. ¿Qué traes por acá? -Na más que el aquel de decirte que te estimo, caraifa. -Y yo a ti más, coquico, caracol de la casa. ¿Te has ...
... a su propio bien como para el de Axel; mas lo hace de un modo en exceso manifiesto. No es ella todavía la dueña y señora en la hacienda, y no ha pasado un siglo desde que él mismo besó a esta mujer ...
... con ironía. Manuelse levantó y salió al corredor.-¿Qué? -exclamó de un modo agresivo-. ¿Qué hay?-Na -contestó ella-. ¿Es que no te dejaban ésas salir?-No; es que a mí no me daba la gana ...
... la lengua inglesa.Nace Antonio Serra.Cortes de Thomar.Los holandeses empiezan a colonizar Guaya-ña, en América.Juan de Garay comienza la repoblación de Buenos Aires.Los jesuítas llegan a El Ecuador ...
... uno aquí a ver alPinto, al Canito, a los Feos, a las Macarronas... Ahora, ¿qué? Ahora, na;pollos en vinagre.-Ése es el tocaor -dijo, señalando a este último la Chivato.No pararon mucho tiempo ...
... vivo y más dispuesto que un ajo.-Sí, sí; señor Corrin, que corriendo va, que siempre corriendo y nunca hace ná.Señor, no se chancee su mercé, sino vea de libertármelo como hizo con el hijo del tío ...
... ignominia. Luego le pasóel arrechucho y siguió diciendo:-¿Y luego qué porvení tenemo lo verdugo? Na; no tenemo jubilasión, ycuando uno e viejo, como el maestro Lorenzo, de Graná, que el pobreticono ...
... primer grupo no soportan las sustancias acidas y sólo pueden inyectarse. Otros, como la «oxacili-na» y la «cloxacilina» pueden ingerirse, ya que los ácidos del estómago no les afectan.En segundo ...
... Española, que define así, en su Diccionario de la Lengua Castellana, la voz ALPUJARREÑO, ÑA: «Adj. que se aplica al natural de Las Alpujarras, y a lo perteneciente a ellas». Había, pues, harto ...
... . Inspiradora ideológica y madre de Sean MacBride, fundador en 1946 del partido republicano Clann na Poblachta. Publicó en París Irlanda libre, y en 1938 su autobiografía A servant of the ...
... preguntó, tuteándome contra su costumbre:-¿Es decir que renuncias?-¡Sí ¡Renuncio in-de-cli-na-ble-men-te -repliqué, recalcando cada sílaba del adverbio, aprendido de Tatita en sus disposiciones ...
... satiende, ademá, que debía encontrase irritao por la zapatiesta que su mujer tuvo con Sabina por la tarde, na e particular tié que, temiéndome a mí, y no siendo quién pa buscanos cara a cara, quisía ...
... facilidad se entrega á otros y dá infalible crédito á cualquiera sospecha que desto le venga. Na hay candados, guardas ni cerraduras que mejor guarden á una doncella que las del recato propio ...
... de arrechuchos. ¡Cuando digo que estoy de paz ... Si quisiera otra cosa... pues hace un rato que sería. Na más fásil. Con echarme el rifle a la cara y tumbarle patas arriba, estábamos del otro lao ...
... pelo, la mujer se esvanecía, los mozucos moquiteaban, y nusotros mira que mira la hoguera... Y ná. Llega, en éstas y otras, don Román con sus sirvientes y un demónchicos de bomba que había traído ...
... recibió la pregunta como el diablo una rociada de agua bendita, y contestó bajando mucho la cabeza: -Ná, zeñó...-¡Yo digo que tiene algo -afirmó con energía desusada el manso Bermúdez. -Po zi ...
... hacer? ¿Qué hacer, Dios santo? -Mire usté -exclamó con fuego doña Milagros-. Por eso no se apure usté ná. Abajo sobra sitio. Tan holgaos estamos, que para ca pierna y ca brazo hay su habitasión ...
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