... cosa sé: ¡que he matado a mi hijo y que quiero morir Un grito ronco brotó por su garganta, y tambaleándose, oscilando pesadamente, cayó sobre el banquillo. Oculto entre las manos quedó el rostro ...
... 243;n Nuestro h& 233;roe, durante un rato, no pudo articular palabra. La voz se ahogaba en su garganta. Estrech& 243; contra su coraz& 243;n aquel fr& 237;o cuerpo inanimado, cubri& 233;ndolo de besos ...
... plata.No era ella ni dura ni fea. Llevaba un largo delantal a pliegues, con tirantes, y le rodeaba la garganta un cuello blanco tieso, que realzaba su lindo perfil. Pretendía la voz pública que tenía ...
... pedidos recogidos, y dilatando suboca de ballenato se reía hasta el fondo rojo de la garganta, y dos hileras de dientes saledizos.Para simular que la alegría le hacia doler el estómago, se lo cogía ...
... ... y... No supo decir más.Rosario asintió con la cabeza, porque las palabras no acudían; la garganta estaba seca, la salivar se había suprimido, la laringe no formaba la voz... Pero la voluntad ...
La tierra de todosde Vicente Blasco Ibáñez XIIIAcabaron su cena silenciosamente Watson y Robledo, preocupados por loque había ocurrido horas antes en el parque inventado por Canterac.Un obstáculo ...
... , distante varios kilómetros de Cuacos — único pueblo al que está unido por carretera— o de Garganta la Olla, adonde se llega por un camino de montaña. Fue el aislamiento y lo agreste del lugar ...
... as cosas terribles sin exordio preparatorio. Disc& 250;lpame. La noticia hac& 237;a nudo en mi garganta, y me era necesaria la expansi& 243;n, so pena de sufrir despu& 233;s algunos grados de fiebre ...
... muy bello; su boca muy hermosa y embellecida más por la graciosa forma de la barba y la garganta, cuya voluptuosidad y redondez contribuía a hacer de su semblante uno de los más encantadores palmos ...
... que lleva en la otra –a la sazón, había recibido ya éste, el más deseado–. Un delantal le cubre de la garganta a los pies, lo cual disimula la redondez del vientre. Una vez ha servido el café ...
... soles, y sus mejillas purpúreas rosas, sus dientes perlas, sus labios rubíes, su garganta alabastro; y que sus partes con el todo, y el todo con sus partes, hacían una maravillosa y concertada armonía ...
... de respiración el viejo, por poco se traga el tabaco, pero por fortuna acudió a tiempo con su mano a la garganta.-¿Cómo, señor Morrel, nos despedís? -murmuró con voz ahogada-. ¿Estáis descontento ...
... ? Pero... ¿está casada esa chica? Creció la turbación de Julián. De esta vez tenía en la garganta una pera de ahogo.-No, señora; casada, no... Ya sabe usted que... desgraciadamente... las aldeanas ...
... el golpe, y se preparaba, con doblada furia, a acometer de nuevo. ¡Ni voz hallaba, entre tanto, en su garganta el desventurado para pedir socorro Volvió los ojos a su derecha, pensando escaparse ...
... , quedándose al pie de la cama, y le hundiría tres veces seguidas el puñal en la garganta, a los sones de una música apagada.& 160;Odiaba sobre todo a Washington, porque sabía perfectamente ...
... adelante; apuraba sin resultado el opio y los licores espirituosos; asía por la garganta a la más bella de sus compañeras de disolución, estrechábala en sus brazos hasta ahogarla y ensangrentaba ...
... Luego te describiré su rostro ¡Luego sus mejillas, luego sus labios, su saliva, su lengua, su garganta, sus pechos, su vientre, sus caderas, sus nalgas, su centro, sus muslos, y por fin sus pies, oh ...
... . La ruedecita gira vertiginosamente, y acaba soltando unas chispas —como las del afilador— que le queman toda la garganta. Por eso abre el pico y tiembla, víctima de su propia canción, buen poeta ...
... & 243; a esto un silencio adusto. Gracia, esforz& 225;ndose en desatar el nudo que se le hab& 237;a hecho en la garganta, les dijo: & 171;Hijos m& 237;os, porque yo est& 233; delante, no dej& 233;is ...
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