... era tenerme preso. Cuando por fin he podido despedirme,hacia las cinco, muerto de hambre, y de sed, me hadado la orden de ir directamente a mi casa y de no salir entoda la noche. Y, en efecto ...
... exista un átomo viviente.Ni el zumo de las frutas que ofrecen su frescuraal ingrato, tendré en mi sed y calentura.Del corazón ausente que me hará padeceracumularé el llanto que no puedo verter.Cielos ...
... de la muerte. El eco de las fiestas, que en tibias ráfagas penetrara antes al almacén, irritando su sed de cosas desconocidas, los recuerdos de las novelas que había leído, se le presentaban ahora ...
... practicado en la pared de granito De esta suerte, aquel bienhechor manantial, después de satisfacer nuestra sed durante todo el camino, iba a guiarme ahora a través de las sinuosidades de la corteza ...
... . Combate el tedio con las novelas; y las novelas, ¿con qué las combatirá? Bebidas hay que aumentan la sed, y distracciones que, buscadas para llenar el vacío, le hacen mayor. La falta de educación ...
... se hacía millonario para pagar a su madre deudas sagradas y para saciar con la codicia la sed de ambiciones fallidas?». «Sí, sí; eso era él; y no había que hacerse ilusiones, ni buscar nueva ...
... t& 250; eres un ambicioso, un alucinado, un pecador que est& 225; sediento, s& 237;, con la abrasadora sed del mundo -dijo la madre tomando tanto inter& 233;s en aquel tema que sus mejillas se ti& 241 ...
... estaba al frente. Mi caballo se entr& 243; en el agua lodosa dando resoplidos de ardiente sed; pero ya en el medio levant& 243; de pronto la cabeza, sacudiendo las crines.Era que otro jinete acababa ...
... , su humilde esposa... le había engañado, le había deshonrado, como otra mujer cualquiera; y él, que tenía sed de sangre, ansias de apretar el cuello al infame, de ahogarle entre sus brazos, seguro ...
... todo el mundo, mirando un mapa sin costarles blanca, ni padecer calor ni frio, hambre ni sed; pero nosotros los caballeros andantes verdaderos, al sol, al frio, al aire, á las inclemencias del cielo ...
... , como el oro, fue bello,hizo sabrosas, con hambre, las bellotas,y fue néctar a la sed todo arroyuelo.Miel y langostas fueron la viandaque nutrieron al Bautista en el desierto;pues él es glorioso ...
... , Aziz, y te alejas ¡Y he aquí que mis ojos te echan de menos, vertiendo lágrimas inagotables ¡Apaga tu sed en la limpidez de un agua pura, pero deja que mi dolor beba la sal de estas tristes ...
... vinos de agenjos y otras cosas que a tales enfermedades se aplican, porque Gonçalo era hambre, sed y, por su mucha imprudencia, cansancio, no aprovechándose de muchas cosas que sabía acompañadas ...
... -le dijo Guerra-. Anda y dile a Teresa que te dé una botella de anisete o ron. Te convido. Pobrecito, ¡qué sed habrás pasado en esa infame cárcel -No importa. No quiero beber hoy. Que no lo cato ...
... a pocas decenas de metros, destrozada la tropa de milicia, y los & 250;ltimos defensores llenos de sed, de hambre y de sue& 241;o se arrastraban al pie de las banquetas, aullando de desesperaci& 243 ...
... contentaba con menos pero lo quería con más fuerza, lo necesitaba más cerca; era el hambre que no espera, la sed en el desierto que abrasa y se satisface en el charco impuro sin aguardar a descubrir ...
... de caña que alegra y cría sangre. Después de la soba que me ha dado el físico, tengo una sed horrible, y necesito del aguardiente para que el agua no me encharque... Corre, hijo, y tráemela prontito ...
... agua fresca y junto a unos frutos que se alejaban cuando él intentaba agarrarlos, condenándole así a un hambre y a una sed atroces. Su hijo Pélope fue feliz, pero la fatal herencia fue transmitida ...
... al usurpador; y lo ha encerrado bajo tierra en el calabozo más hondo, de suerte que a estas horas el hambre, la sed y la vergüenza han debido arrancarle el alma. ¿Querrías decirme, ¡oh señor ...
... cardenal, y sacando el despacho de su bolso:-Tomad, querido - dijo-, escribid vuestro nombre ahí, y sed buen jefe para mí.Porthos puso los ojos en el despacho y se lo devolvió a DArtagnan, con gran ...
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