... vuestra causa, que estoy casado y tengo cuatro hijos.––Pierde cuidado. Terminemos, Grimaud.En un segundo quedó La-Ramée con su mordaza puesta y tendido entierra; Grimaud derribó algunas sillas ...
... , porque la desconocida acababade hinchar monstruosamente el cuello. No duró aquello más queun segundo; el capuchón se replegó, mientras la recién llegadase volvía a su amiga, con la voz alterada ...
... cómo y cuándo... y de antes y de después. Mira: la pulsera del primer año, el anillo del segundo, la peina del tercero, las horquillas del cuarto, los aretes del quinto... este pañolillo del sexto ...
... de las calzas verdesTirso de MolinaDon Gonzalo González de la GonzaleraJosé María de PeredaDon Segundo SombraRicardo Güiraldes¿Dónde está mi cabeza?Benito Pérez GaldósDoña BertaLeopoldo AlasDoña ...
... los Medos con hambre y cruda guerra molestaron, siendo en sufrir trabajos los primeros. En el segundo: Los Atenienses este premio dieron a sus caudillos: justa recompensa de sus servicios y sus altos ...
... sin autorizar a Nieves para que me creyera muy interesado en quedarme con el clavel?; y en el segundo, tenía que meterme en una rociada de galanterías, que con toda seguridad hubieran resultado ...
... hubiera dejado de verle, y restablecía la antigua confianza y las libertades que con él solía tomarse. Ni un segundo se estaba quieta; si su padre no la sujetara, veinte veces se habría desprendido ...
... esa mujer y... -Pero mamá, ¡qué cosas se te ocurren En primer lugar, no te has de morir. En segundo lugar, no existe tal mujer. -¡Cómo me trastea, cómo me engaña (Para sí, moviendo la cabeza ...
... l, y al Santo Patrono, cuando le llevan en procesión. Los dos versos que ponemos en boca del segundo coro, son los que se cantan siempre en tales casos, como estribillo, con la alteración conveniente ...
... toda la vida hasta lograr una respetable posición económica y social y, en segundo término, a su gusto y no a gusto y conveniencias de los demás. “Ya todo es igual, para qué tanta ostentación ...
... 31El escarabajo de oroEdgar Allan PoeCuando hube considerado todos estos detalles, no dudé ni un segundo que aquel calor había sido el agente que hizo surgir a la luz sobre el pergamino la calavera ...
... importa Quien teme al lobo no va al bosque. Bien, ¿hemos perdido? ¡Pues vuelve a jugar Perdimos el segundo federico. Siguió un tercero. La abuela apenas si podía estarse quieta. Clavaba los ojos ...
... jubiloso:—¡Elsa ...Después de las presentaciones se explicaron. Roberto González había sido su segundo novio, el abandonado en Corrientes, el pobre amador incomprendido a quien Elsa dejara abatido ...
... lugar de dejarla andar sola por esos caminos no del todo seguros. Trató de permanecer en segundo plano. Ella, sin trámite alguno, se dirigió a un grupo de oficiales y, concretamente, como por instinto ...
... instinto de lo bueno, y por desgracia hay seres tales, en quienes falta lo primero y no existe lo segundo. La religión enseña lo uno e inspira lo otro; cuando se desoye su voz, se pierde la conciencia ...
... : "¡Son de tu propiedad " Y he aquí que el primer armario estaba enteramente lleno de pedrerías; el segundo, de dinares de oro; el tercero, de oro en lingotes; el cuarto, de joyas de orfebrería ...
... más criterio que el de no seguir ninguno. Prueba al canto, como dice Quintilius. Empiezala Academia por el segundo cañonazo, esto es, por ab. Y dice: «Ab (del latín ab), prep. insep. que denota ...
... , cuyo destierro se propuso Cervantes: es decir, que el primero es el cuadro clásico, y el segundo el romántico y fuera de las reglas de la moralidad y buen juicio. Y ¿cómo es posible ...
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