... escena de Amiano Marcelino (Amm. Marc., Hist., 23, 4, 4) y Vegecio (Veg., Mil., IV, XXII) en el siglo IV d.C. Después de este momento continuó en uso durante la Edad Media con el nombre...
... las puedes dar. Y Dios te guarde.D. Augustini de Casanate RojasEPIGRAMMA Excute ... publicos, honradospor la ignorancia, que ensalzada veoen cien mil disparates recitados.& 160;& 160;&...
... los amores de la señora de Bois Tracy? - dijo D Artagnan, que quiso aparentar ante su burgués que ... ; he amontonado algo así como dos o tres mil escudos de renta en el comercio de la...
... 171;Hombre in& 250;til, hombre-mu& 241;eco. El d& 237;a en que me cas& 233; contigo debi& 243; el Se& 241;or ... pesetas, reunidas por D.& 170; Laura, Dios sabe c& 243;mo, con
... l´organització de la societata la protohistoria de la Meditarrània occidental(I er mil.leni aC). Actes de la IV reunióInternacional d´Arqueologia de Calafell (Calafell-Tarragona, 6-9...
... clavó las uñas, azotó el suelo con el rabo, y dio mil vueltas en su lenta y horrorosa agonía.</noinclude& ... ;: 3de Benito Pérez Galdós Descansó mi D. Anselmo un rato, porque la...
... instante con toda su casa y un refuerzo de diez mil hombres de tropa; le precedían y seguían sus mosqueteros ... de nuestra parte?-Aquí está la carta - d¡jo DArtagnan.Y presentó el...
... le preocupa esa miseria: tiene más de quince mil luises de renta; guardaos esa bolsa para vuestros ... palabras a lord de Winter, que pidió al punto a D’Artagnan permiso para...
... a ola de dignidad retrospectiva le subió al rostro y le dio valor suficiente para decir: -D. Juan, necesito mil reales.Años después, recordando aquel golpe de audacia, para el cual...
Los tres mosqueterosLa condesa de Winterde Alejandro Dumas (padre) Durante el camino, el duque se hizo poner al corriente por DArtagnan no de cuanto había pasado, sino de lo que DArtagnan sabía. Al ...
... licencia que habrá que pedirle. -Pues qué -exclamó D. Fadrique-, ¿son ustedes parientes tan cercanos ... en infinitos arroyuelos, y yendo a regar las mil y quinientas huertas que...
... querido. Además de su sueldo, tiene alguna rentilla, que le da independencia y desahogo. D. Jaime tendrá sobre dos mil duros al año. Para nada necesita de este distrito. No me explico...
... placer. A su lado estaban gravemente sentados el Sr. D. Miguel Enríquez de Cárdenas y su digna esposa ... doña Juana-, que a lo mejor empezó a soltar mil herejías por aquella boca, y...
... Moscú.»Una mañana recibí por correo cuatro mil quinientos rublos, lo que me sorprendió sobremanera ... Adiós, hasta nuestra terrible entrevista.LISE.P. D.: Aliocha, no deje de venir,...
... . D. ‑ Te maldigo, pero te adoro. Siento latir mi corazón. En él queda una cuerda que vibra por ti. ¡Ah, que estalle cuanto antes Me mataré, pero antes mataré al monstruo. Le quitaré los tres
El conde de MontecristoQuinta parte: La mano de DiosCapítulo 1de Alejandro Dumas Capítulo primeroLa acusaciónEl señor dAvrigny hizo que el magistrado, que parecía cadáver, recobrara en seguida el ...
El conde de MontecristoCuarta parte: El mayor CavalcantiCapítulo 9de Alejandro Dumas Capítulo novenoLos progresos del señor Cavalcanti hijoEntretanto, el señor Cavalcanti padre, había partido para ...
... se escaparon y andaban por los claustros riendo, bailando y haciendo mil gestos graciosos que daban espanto. Algunos salieron a la calle como en d& 237;a de Carnaval, y uno se subi& 243;...
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