... y heroísmo. al final. como en el guemica de picasso, sólo quedan los grises de la destrucción y el odio. siempre sucumben inocentes y al final quedan los campos maltrechos y cubiertos de cruces ...
... -, tenéis razón, no he venido para eso, y sí para deciros que yo también os miro como a mi enemigo, que os odio por instinto, que me parece que os he conocido siempre y siempre os he aborrecido ...
... y lo único que le disuade de entrar es la presencia de los dos hijos. A pesar de todo, ciego de odio contra el difunto, entra en la habitación aquella misma noche, registra sus papeles privados ...
... y el de discípulo. Luego calló; pero permitidme declarar ante el mundo entero que, si sobrevive al odio de esta jornada, jamás la Inglaterra habrá tenido tan bella esperanza, tan mal interpretada ...
... y al mismo tiempo de sus planes. Terminó diciendo:—No tengo madera de reina. Aborrezco la corona, odio a este país y a todo cuanto se relaciona con la palabra Majestad. Te amo —prosiguió diciendo ...
... parado su atención en la vieja barraca. Esta sólo interesaba a los muchachos, que, heredando el odio de sus padres, se metían por entre las ortigas de los campos yermos para acribillar a pedradas ...
... dijo al fin con desde& 241;oso acento de iron& 237;a-, es un modo raro de pedir misericordia. Salvador, tu odio y tu generosidad, tu venganza y tu perd& 243;n, son igualmente despreciables para m& 237 ...
... los historiadores hacen mención de uno de sus jefes llamado Oliver, a quien sus tropas cobraron gran odio, porque les impedía su diversión favorita, de echar niños pequeñitos por alto y recibirlos ...
... a toda la naci& 243;n en masa sublevada contra esos viles? & 191;No ves el desprecio y el odio que inspiran? Observa bien que entre los pocos espa& 241;oles que sirven en las filas francesas, no hay ...
... y concedido un gran poder temporal y espiritual a los príncipes alemanes, pero no había calmado el odio de las dos partes rivales, dispuestas a empuñar de nuevo las armas en cuanto sus derechos ...
... le hablaré sino como postrer recurso, porque, a pesar de mi prudencia, tal vez se enconaría el odio de que nuestra noble orden va siendo objeto, pero mañana irás a Carracedo, y entregarás una carta ...
... . Su amor a la instituci& 243;n mon& 225;rquica, era algo semejante a un cari& 241;o sensual; y su odio a los nativos, cr& 243;nico e incurable. Apoyado por el partido espa& 241;ol, que era fuerte ...
... maldita, de empedernido corazón, esa hechicera... ¡Oh Esa arpía infame que ensangrienta su odio recóndito en una pobre criatura inocente, persiguiéndola incansable toda la vida por la pendiente ...
... acercarse la muerte con demasiada lentitud, sí, pero no por eso será menos cierta y segura.El terror, el odio, todas las pasiones arrebatadoras, esa monstruosa borrasca que suele en momentos dados ...
... es el resorte de la dignidad. El burgués enriquecido merece el desprecio del aristócrata más que el odio del proletario, que es un aspirante a la burguesía; no hay peor jefe que el antiguo asistente ...
... nervioso estilo: «Estoy preso. Juro a usted que soy inocente. Bien puede creerme esto, como creerá que le odio con todo mi corazón. He venido en busca del señor D. Fernando para que celebremos pacto ...
... , por una calumnia del que valía menos. El que le sobrevivió, llamado Perseo, heredó con el reino el odio a los Romanos, aunque no era capaz de hacerles frente por su bajeza de alma y la perversidad ...
... : Lloyd George. Orlando. Clémenceau y Wilson.Por otra parte, la desolación, la muerte, el odio y la miseria que sobrevinieron en la década de los veinte sí pueden y deben cargarse en la cuenta ...
... . Si estuviera aqu& 237; mucho tiempo acabar& 237;amos por re& 241;ir y pegarnos. En el fondo odio a los hombres: he sido siempre su m& 225;s terrible enemiga. Oyeron a sus espaldas el roce de la bata ...
... seres inmundos. ¡Tú sabes cuánto, cuánto aborrezco a este país Con la leche mamé el odio a este potro de donde nos arrojaron cuando estaban cansados de atormentarnos. El país que a mis abuelos ...
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