... armaduras.- Y bien; ¿cuanto dinero tiene el talego?- Doscientos treinta cequies de mi amo y lostreinta ... evitarte una desgracia.Recibió Gurth su apreciable talego de manosdel...
... oroen el bolsillo y exclamando-: ¡Estoy más ricoque lo estuvo nunca un guardapuercos - Toma -le dijo el caballero- ese talego;marcha a Ashby, averigua dónde vive Isaacde York, entrégale el caballo ...
... ? -respondió Caderousse, dando dos vueltas a la llave.Entró, se dirigió al armario, sacó el talego y la cartera, y ambos volvieron a contar por tercera vez sus monedas de oro y sus billetes. Nunca he ...
... verdad.Las dos caritas se iluminaron.‑Enséñanos el cañón ‑dijo Kostia, radiante.Krasotkine sacó de su talego un cañoncito que depositó en la mesa.‑Mirad, tiene ruedas ‑dijo, haciéndolo rodar ...
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... en Madrid, donde con las comodidades que allí de ordinario se ofrecen, en pocos días saqué las entrañas al talego y le dejé con más dobleces que pañizuelo de desposado. Vino el que tenía a cargo ...
... . «¿En qué piensas, animal? -le decía bruscamente-. ¿Vas a inventar la pólvora o qué? Eres un talego. ¿Por qué te estás dos horas mirando al suelo? Mira siquiera al cielo estrellado, y aprende ...
... ;bamos, Lopito y yo, corrimos en su ayuda, y en uni& 243;n de otras dos personas caritativas, llevamos aquel talego a su casa, pues Santurrias viv& 237;a pared por medio con mi buen amigo D. Celestino ...
... un porrazo al pestillo de un escritorio, con lo cual quitaron el hierro que pasa por medio dél, y otro al talego, como de quien le tenía deseado y esperaban verse con él de tarde en tarde. La orden ...
... un porrazo al pestillo de un escritorio, con lo cual quitaron el hierro que pasa por medio dél, y otro al talego, como de quien le tenía deseado y esperaban verse con él de tarde en tarde. La orden ...
... en Madrid, donde con las comodidades que allí de ordinario se ofrecen, en pocos días saqué las entrañas al talego y le dejé con más dobleces que pañizuelo de desposado. Vino el que tenía a cargo ...
... y Cervantes fue el gran autor de entremeses del Siglo de Oro— los de El retablo, Las alforjas, El talego-niño, El gori-gori y El abadejillo (todos anteriores a 1632) y otros como La mal contenta ...
... doblón, asió del caso y mandóme bajar allá. Determinéme a consentir antes que a pellizcar el talego más de lo que lo estaba. Fui llevado abajo; recibiéronme con arbórbola y placer los amigos. Dormí ...
... de cosas de comer. Hizo Sancho costal de su gabán, y, recogiendo todo lo que pudo y cupo en el talego, cargó su jumento, y luego acudió a las voces de su amo y ayudó a sacar al señor bachiller ...
... supo adivinar al instante la intenci& 243;n de la mirada. Soledad sac& 243; un peque& 241;o talego escu& 225;lido, dentro del cual sonaba algo.En los ojos de Naranjo brill& 243; un rayo de alegr& 237 ...
... día en el corazón de Sierra Morena, y el diablo me pone ante los ojos aquí, allí, acá no, sino acullá, un talego lleno de doblones, que me parece que a cada paso le toco con la mano, y me abrazo ...
... con aplauso, sino con admiración y todo? Prosigue, muchacho, y deja decir; que, como yo llene mi talego, si quiere represente más impropiedades que tiene átomos el sol.-Así es la verdad -replicó ...
3.619 palabras
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