... . A Cajamalca llegaron los españoles como amigos, y unas cómodas tiendas abastecidas de vÃveres, y una campiña coronada de frutos, les ofrecieron cómodo descanso y abundante sustento; a la llegada ...
... espejos antiguos. Luego se deshizo entre casas: el pueblo de Vaucluse. Al salir de nuevo a la campiña, siguiendo su marcha junto al curso fluvial, cada vez más amplio, un ruido de cascada invisible ...
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A los pies de Venusde Vicente Blasco Ibáñez Segunda Parte& 160;: LA FAMILIA DEL TORO ROJOIDE LA ESCANDALOSA VIDA ROMANA, DE «LA HIJA DE CICERÓN» Y OTRAS PARTICULARIDADES DE UNA ÉPOCA QUE MEZCLO EL ...
... ojos. Nos hallamos sobre un elevado tajo de doscientos, de trescientos metros de altura; la campiña verde se pierde en lontananza en suaves ondulaciones; millares y millares de olivos cenicientos ...
... fue hasta la ciudad de Vevey, en el paÃs de Vaud. A orillas del lago, frente a la deliciosa campiña, se imaginaba estar pisando los mismos lugares que «Maman» habÃa recorrido. Vevey se convertirÃa ...
... , habÃan despertado ya a los rústicos habitantes, y todo era vida y movimiento en aquella extensa campiña. Hubiera sido un espectáculo agradable sin duda para cualquier espÃritu sosegado; pero Zoraida ...
... y retorcidos, como muertos de sed, salpicaban la campiña, cortada a veces por la faja caprichosa ... , fecunda todo el alto monte y toda la campiña, desde la planta aromática de la...
... pleno campo; otro lecho no habÃa. Pero era muy cómodo, pensó; el propio Rey no estarÃa mejor. Toda la campiña, con el rÃo, la pila de hierba y el cielo encima, formaban un hermoso dormitorio. La verde ...
... . ¡Tal fue la oscuridad y rapidez con que se fulminó El silencio de la muerte absorbÃa a Cuzco y la campiña; y la aurora despuntaba entre tinieblas y la tranquilidad parecÃa afianzada. Ya la vÃctima ...
... y tan impenetrable misterio, que nadie lo habÃa sabido en la ciudad, y menos se hubiera podido saber en la campiña. La hermosa Ocollo, que tanto debÃa a Almagro, y que en su pecho ardÃa la más pura ...
... los nacidos? El esclavo, el preso. La flor del viento, la luz matinal tomada en la campiña, son manjares que el alma saborea con ahÃnco; y hasta la verdura de los prados, la obscuridad de lo montes ...
... en sus diversos componentes, uno de los cuales es el paisaje; o tal vez porque se ha alejado lo suficiente de la campiña como para poder evocarla en el recuerdo, para hacerla vivir en la distancia ...
... la lombriz de tierra, criatura humilde. Concluye Bowler que «aquà estaba una imagen idÃlica de la campiña en donde la humanidad parecÃa parte de un orden natural estable, mantenido por la incesante ...
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