Los tres mosqueterosDos variedades de demoniosde Alejandro Dumas (padre) -¡Ah - exclamaron al mismo tiempo Rochefort y Milady-. ¡Sois vos -Sí, soy yo.-¿Y llegáis?... - preguntó Milady.-De La Rochelle ...
Los tres mosqueterosLos mosqueteros del rey y los guardias del señor cardenalde Alejandro Dumas (padre) DArtagnan no conocía a nadie en París. Fue por tanto a la cita de Athos sin llevar segundo, ...
Capítulo XII& 160;12Pág. 12 de 22MarianelaBenito Pérez Galdós El doctor CelipínEl señor Centeno, después de recrear su espíritu en las borrosas columnas del Diario, y la Señana, después de gustar el ...
Mendizábal& 160;: 30de Benito Pérez Galdós No se abat& 237;a con los reveses el animoso esp& 237;ritu de D. Juan & 193;lvarez, ni por un tropiezo parlamentario, o por la defecci& 243;n de media docena ...
Narváez Capítulo XIVde Benito Pérez Galdós -Mi General -le respondí-, estoy siempre a sus órdenes. No podía usted hacerme honor más grande que tratarme con esta confianza... -Pues, verá...-Tome ust ...
Sus mejores versos Quietudde Federico Balart A mi prima Antonia Cano de Lanzarote¡Mira cuál duerme, de inquietud ajeno En vano en el hogar, de luto llenosus estragos derrama la fortuna.Ni ambición ...
Rimas Gustavo Adolfo BécquerTu pupila es azul, y cuando ríes, su claridad suave me recuerda el trémulo fulgor de la mañana que en el mar se refleja. Tu pupila es azul, y cuando lloras, las ...
Rojo y negrode Stendhal Pensar es sufrirLo grotesco de los sucesos de todoslos días es velo que oculta la verdaderadesgracia de las pasiones.BARNAVEAl entrar Julián en las habitaciones ocupadas por ...
IntroducciónMIL ochocientos treinta y cuatro es para Larra un año febril: en él, efectivamente, nace su tercera hija y se separa, al fin, de su mujer, la desdichada Pepita Wettoret; en él, además, se ...
Introducción¿PERO dónde estaba la voluntad de resistencia? En todo caso, no en la mayor parte de los británicos que seguían creyendo que la paz podía ser preservada. La propaganda nazi se superponía ...
Ana KareninaPrimera parte: Capítulo IVde León Tolstoi Daria Alejandrovna, vestida con una sencilla bata y rodeada de prendas y objetos esparcidos por todas partes, estaba de pie ante un armario ...
Ana KareninaSexta parte: Capítulo XXIVde León Tolstoi –Por esto es aún más necesario normalizar tu situación si es posible –insistió Dolly.–Sí... Sí es posible... –dijo Ana en un tono completamente ...
Ángel Guerra Primera parte - Capítulo II - Los Babelesde Benito Pérez Galdós IIIRama segunda.Hermano del D. Simón: DON PITO, hombre muy pasado por agua, más joven que su hermano, pero con apariencias ...
Cádiz& 160;: 25de Benito Pérez Galdós Yo no corr& 237;a, volaba, y en poco tiempo llegu& 233; a la calle de la Amargura, mortificado por el recelo de acudir tarde. Un hombre que se lanza desesperado ...
nonePág. 148 de 158Cañas y BarroVicente Blasco IbáñezEl viejo estaba impaciente y daba prisa a su nieto. Sólo quería detenerse el tiempo preciso para que el señor tomase un bocado, y en seguida a los ...
nonePág. 47 de 158Cañas y BarroVicente Blasco IbáñezOtras cosas preocupaban a Neleta. Se había convertido en la muchacha más guapa de la Albufera. Era pequeña, pero sus cabellos, de un rubio claro, ...
De Gazel a Ben-BeleyReflexionando sobre la naturaleza del diccionario que quiere publicar mi amigo Nuño, veo que, efectivamente, se han vuelto muy oscuros y confusos los idiomas europeos. El español ...
«Les irá mal – me dices – porque interferirán muchas cosas que perturban en alma y opiniones diversas, entrando en conflicto entre sí, alterarán la mente.» Así será, te lo garantizo; pero sin embargo ...
De Oñate a La Granja& 160;: 3de Benito Pérez Galdós & 171;& 161;Buena la has hecho, ni& 241;o; buena la has hecho -ley& 243; Fernando medio vestido y sentado en la cama-. No te faltaba m& 225;s que ...
Capítulo VII& 160;08Pág. 08 de 27Del frío al fuegoFelipe TrigoHan inducido a cambios muy notables la escala de Port-Said y estos días de mar Rojo.En primer lugar, todos los hombres vamos de blanco, de ...
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