... , cuando las maderas crujir hace el viento y azota los vidrios el fuerte aguacero, de la pobre niña a veces me acuerdo. Allí cae la lluvia con un son eterno; allí la combate el soplo del cierzo ...
Cádiz& 160;: 3de Benito Pérez Galdós & 191;Qu& 233; pod& 237;a yo decir? Nada. & 191;Qu& 233; deb& 237;a hacer? Callarme y sufrir. Pero el hombre aplastado por cualquiera de las diversas monta& 241;as ...
... es tanto melindre: si lo hacen de honradas, cásense con ellos, que ellos no desean otra cosa.-Calla, niña -dijo la ventera-, que parece que sabes mucho destas cosas, y no está bien a las doncellas ...
Doña PerfectaCapítulo IV La llegada del primode Benito Pérez Galdós El Sr. Penitenciario, cuando Rosarito se separ& 243; bruscamente de & 233;l, mir& 243; a los bardales y viendo las cabezas del t& ...
... y vitrales cubiertos de amplios cortinados.Pasamos junto a un balcón iluminado.Un adolescente y una niña conversaban en la penumbra; de la sala anaranjada partía la melodíade un piano.Todo el corazón ...
... a su madre... a los que queremos consolarla, ni nos oye ni nos ve. EVARISTA.- (Avanzando hacia el jardín.) ¡Niña de mi alma MÁXIMO.- (Mirando el fondo.) Ya viene. (Suelta a PANTOJA y corre ...
Luchana& 160;: 23de Benito Pérez Galdós No se conformaba Aura con ignorar la suerte del menor de sus primos, y en la ma& 241;ana del 26, a cuantos entraron en la casa preguntaba si sab& 237;an alg ...
... equidad, achacaba la actitud de Leré a celos. «Porque tú -le decía- pretendes ser única en querer a la niña, y no toleras que yo la quiera más que nadie». Sobre esto disputaban y Leré le argüía ...
Brenda& 160;: 13Crep& 250;sculo de la tardede Eduardo Acevedo Díaz Desde algunos a& 241;os atr& 225;s llamaba la atenci& 243;n en la sociedad de Montevideo cierto m& 233;dico, a quien hab& 237;an dado ...
... camisa, se calaba el sombrero, y pedía un objeto indispensable. -Victoriña, las postizas.Corrió la niña y trajo hasta dos pares de castañuelas. El señorito afianzó el cordón entre los dedos, y previo ...
... el primer momento se mostró mansa como un cordero. - ¿Y, efectivamente, era una niña? - Así lo tengo entendido. - ¿Tiene usted algo más que decirme esta noche? - Nada. Recibí su carta y la he ...
... ; pero la más joven despertaba tanta admiración, que de pequeña todos la apodaban “la bella niña”, de modo que por fin se le quedó este nombre para envidia de sus hermanas.No sólo era la menor ...
... Fabricio asomó la cara mirándolacon expresión jocosa y saludándola con los ojos. Lapobre niña no pudo aguantar esta inesperada prueba y sevolvió rápida hacia los pájaros, para prodigarles sus cuidados ...
Mendizábal& 160;: 22de Benito Pérez Galdós Todos los bi& 243;grafos del insigne Milagro est& 225;n acordes en afirmar que al salir este de casa de la Zah& 243;n para dirigirse con inseguro paso a l ...
... al descarado rascarasca de los Ramones neoyorquinos, pasando por los gorgoritos líricos de las histriónicas Nina Hagen o Lena Lovich y la descarada pachanga de Madness y su contagiosa música de baile ...
Grito de gloria& 160;: 33de Eduardo Acevedo Díaz No fue Esteban m& 225;s afortunado que Cuar& 243; en su aventura de acorrer a Luis Mar& 237;a, cuando era & 233;ste acometido en la loma por los ...
... convenida.El señor Blanco volvió la vista hacia los dos camastros vacíos.- ¿Cómo está la pobre niña herida? -preguntó.- Mal -respondió Jondrette con una. sonrisa de tristeza-, muy mal, mi digno ...
... , mediano de estatura, con voz clara y delgada. Un microscópico arete de oro que pende de su oreja izquierda, deja sospechar si al nacer lo tuvieron por niña. ← Página anteriorPágina siguiente →
... y el jefe…»A1 dejarnos, el camarada Lenin nos ha ordenado vigilar la unidad del partido como a la niña de sus ojos. Nosotros te juramos, camarada Lenin, que cumpliremos con tanto honor tu mandato ...
... a atención, repuso:-Pues sabed que se casa Clemencita.-¿Con Monte-Cristo? -preguntó volviéndose bruscamente la niña curiosa.-¿Con Carlo-Magno? -añadió otra.-No habéis acertado, hijas mías -contestó ...
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