... an cruzar lentas la atm& 243;sfera hacia el llano, sembrado de despojos, bandas dispersas de grandes aves graznadoras.Grito de gloria de Eduardo Acevedo DíazI -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XI ...
... o fielmente, pidi& 243; la bendici& 243;n a su ama y fuese aprisa, sintiendo que empezaba a enternecerse demasiado.Grito de gloria de Eduardo Acevedo DíazI -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XI ...
... 237;as reunidas para hacer frente al conflicto. Con todo, en el fondo empezaba a sofocarla como un vaho asfixiante el desaliento.Grito de gloria de Eduardo Acevedo DíazI -II -III -IV -V -VI -VII -VIII ...
... , un grupo numeroso de jinetes se dirig& 237;an al campo de Oribe; pero no se o& 237;a un grito, y hab& 237;an cesado las detonaciones.Grito de gloria de Eduardo Acevedo DíazI -II -III...
... te se d& 233; aqu& 237; todo. Pide sin reservas, negro; pues tus amos no han cambiado en nada desde que te fuiste.Grito de gloria de Eduardo Acevedo DíazI -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XI ...
... corr& 237;a sonora y sin descanso la nota del clar& 237;n, como un grito prolongado de guerra que s& 243;lo debiera terminar con la batalla.Grito de gloria de Eduardo Acevedo DíazI -II...
... jefe, en tanto el porta elevaba la bandera en la cumbre del peque& 241;o calvario, sitio de hist& 243;ricas leyendas.Grito de gloria de Eduardo Acevedo DíazI -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XI ...
... desprop& 243;sito, ¡por Santiago Lo que afirmo: ¡alas de & 225;guila en cuerpo de pollo, y no digo m& 225;s Grito de gloria de Eduardo Acevedo DíazI -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XI -XII ...
... entra El liberto, pues & 233;l era en efecto, obedeci& 243; en el acto y penetr& 243; en pos de su amo al escritorio.Grito de gloria de Eduardo Acevedo DíazI -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XI ...
... coronilla, con su tela rejoneada por el acero y cubierta de manchas de sangre en testimonio mudo del esfuerzo y del sacrificio.Grito de gloria de Eduardo Acevedo DíazI -II -III -IV -V -VI -VII -VIII ...
... & 237;a a la casa, emprendi& 243; veloz el camino de la calle.Dej& 225;ronla ir, en silencio, sin voluntad para detenerla.Grito de gloria de Eduardo Acevedo DíazI -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X ...
... .-Camino al Durazno -dijo Ismael.Luis Mar& 237;a le oy& 243;, y repuso:-Entonces vamos sobre el rastro del enemigo.Grito de gloria de Eduardo Acevedo DíazI -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XI ...
... de sonre& 237;r a los vivos, pero que s& 243;lo parec& 237;a hablar con los muertos.& 160;& 160;FIN& 160;& 160;Grito de gloria de Eduardo Acevedo DíazI -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XI -XII ...
... en unirse al festival de la ma& 241;ana, con el coro lejano del ganado y el vaiv& 233;n del esquil& 243;n.Grito de gloria de Eduardo Acevedo DíazI -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XI -XII - ...
... Rivera:-La «armada» es grande; pero no ha de escapar ninguno... Todo est& 225; en marchar sin detenerse, en lo oscuro y gambeteando.Grito de gloria de Eduardo Acevedo DíazI -II -III -IV -V -VI -VII ...
... 225;s que con las drogas, haci& 233;ndole creer que eran as& 237; todos los amores -acendrados, profundos, perdurables...Grito de gloria de Eduardo Acevedo DíazI -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X ...
... , mont& 243; en su cabruno.Ya el miliciano hab& 237;a desaparecido del vallecico en que se apeara para arreglar su «apero».Grito de gloria de Eduardo Acevedo DíazI -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX ...
... formal otra risue& 241;a, sobre las botas de cuero de puma concolor de Jacinta. ¡Buenos coturnos para una diana cazadora Grito de gloria de Eduardo Acevedo DíazI -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X ...
... grande malestar reinante, una r& 225;faga fr& 237;a de odios y venganzas llegase hasta el fondo de los hogares Grito de gloria de Eduardo Acevedo DíazI -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XI -XII ...
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