... rodilla, pero advirtióque la herida estaba un poco más arriba del cerebro, y le hendÃa el cráneo,dando salida a gran cantidad de sangre.Aramis empapó una servilleta en agua y aplicóla sobre la llaga ...
... aldea de pobres botarates a un pueblo de gente ilustre y principal. Los saludos de entrada y de salida ponÃanle siempre un poco torpe, de tan ceremoniosos.-¡Vaya con Dios, don Esteban ¡Buenos dÃas ...
... el Partido Radical Italiano presentó a Negri entre sus candidatos al Parlamento. Su elección posibilitó su salida de la cárcel. Pero el proceso continuó, a pesar de que la propia acusación reconoció ...
... selva encantada brotan sÃlfides vaporosas... Y asà transcurrieron las tres escenas que preceden a la salida de Norma. SerafÃn, que se sabÃa de memoria toda la ópera, miraba al palco de los dos rubios ...
... el cuerpo espió, registró la cuadra; podÃa estar esperándolo el otro en la vereda y cazarlo a la salida. Informóse del portero si alguien habÃa ido en su busca y atropellado, de prisa, corriendo ...
... a la cárcel». He aquà lo que he hecho desde mi infancia.Nuevas carcajadas acogieron esta salida, dejando satisfecho a Skurátov, que presumÃa de gracioso.Y volvió a hablarse en serio, especialmente ...
... 233; si me explico...-Comprendido, comprendido... Es muy natural... & 191;Y...?-Ya, a eso voy. Dos d& 237;as antes de mi salida de Olor& 243;n, se lleg& 243; por all& 237; una se& 241;ora muy estirada ...
... dolorosa y del aislamiento que mucha gente está sufriendo en la actualidad. ¿Cuál es la causa? ¿Hay una salida?Es fácil plantear estas preguntas, pero difÃcil contestarlas con seguridad. Debo ...
... , se arrojó temerariamente a los muros, a que unos cualesquiera hombres tenidos en nada, haciendo una salida, le dieran muerte. Pues no pereció de una sola herida mortal, como Cleónibroto en Leuctras ...
... serpiente, que cosiendo el un oÃdo conla tierra, tapa el otro con el fin, dando a todo buena salida.—Esto no me puedes negar —insistió Andrenio— que estuviera muy bien un rastillo encada oÃdo ...
... n muchacho dijo:–¿Advertisteis? Se figuró que tenÃa una espada.–Quizá sea el mismo prÃncipe.Esta salida trajo más risas El pobre Eduardo se irguió altivamente y dijo:–Soy el prÃncipe y mal ...
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