... pagas las trampas? Mientras más le pagues más hará; el derrochar es como la sed de la hipocresÃa; mientras más se bebe, más sed se tiene.-Tengo -prosiguió la Marquesa-, las hijas...
... tierra y en el mar; dormÃan antes de tener deseo de sueño, no aguardaban a tener hambre o sed ni frÃo o cansancio, sino que por vicio anticipaban todas estas necesidades. Este comportamiento incitaba ...
... 160;Isidro:Si burlo, venid conmigo. & 160;& 160;Juan de Vargas:Con lo que dices me espantas, y la sed que tengo creces. & 160;& 160;Isidro:Entre estas peñas habÃa agua, cuando Dios querÃa. & 160 ...
... tomando distinta senda que los otros. El pobre niño estaba rendido de fatiga, de hambre y de sed. Se acordaba de que en su modesto hogar nunca habÃa carecido de nada. Se hallaba cerca de una hermosa ...
... , y en esta fuente repara, cuyo cristal puro y frÃo & 160;& 160;& 160;besos ofrece a la sed. DON JUANEn fin, quisiste venir 770a esta huerta. DOÑA INÉSA desmentir, señor, a vuestra merced ...
... no le permitÃa volver a las andadas en algún tiempo. Pasó dos dÃas devorado de impaciencia y de sed, asistido del capellán Ibraim y de un fÃsico muy experto, sin formar cabal idea de las sucesivas ...
... . En cambio, no sólo puedes apaciguar tu sed en mi corriente, sino contar con mis servicios cua ... como su corazón. Atormentado por el hambre y la sed, salió al campo, y habiendo...
... soy, cuando al mismo sol parezco: sombras y luces ofrezco para amigos y enemigos: 750justicia soy, sed testigos que en mi pecho recto alcanza mercedes una balanza, y otra balanza castigos. Si el gran ...
... bala, veneno o alguna otra forma de violencia fÃsica, como si el hambre, el frÃo y la sed--en una palabra, la necesidad económica--no fuese un enemigo mucho más constante y mortal para la existencia ...
... llamamos ideales... no s& 233; si me entiendes... y se lanza a trabajar en ellos, se crea una vida artificial. Las ambiciones, la sed de gloria y el af& 225;n de todos los d& 237;as la forman. As& 237 ...
... rey cogió el vaso por segunda vez, lo llenó, y como seguÃa creyendo que el halcón tenÃa sed, se lo puso delante, pero el halcón le dió con la pata por segunda vez, y lo volcó. Y el rey se encolerizó ...
... sin alterarse-, en monedas de oro de buena ley.-Sed ne nos inducas in tentatione -profirió ZacarÃas ... ¡mal aconsejado hebreo ¿En monedas de oro? Sed libera nos a malo. No, no hay...
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