... sito, ¡por Santiago Lo que afirmo: ¡alas de & 225;guila en cuerpo de pollo, y no digo m& 225;s Grito de gloria de Eduardo Acevedo DíazI -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XI -XII -XIII -XIV -XV ...
... aspiraci& 243;n sensible al cambio, habr& 237;a sido para ella un cruel sufrimiento y una mancha indeleble.Ismael de Eduardo Acevedo DíazI -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XI -XII -XIII -XIV ...
... costillas al aire, sin lengua y sin cola, cual si dos jaguares hubiesen cebado en sus carnes colmillos y garras.Ismael de Eduardo Acevedo DíazI -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XI -XII -XIII ...
... 233;l menos de decirse interiormente, como un resumen de levantadas ideas: «con esta moral se ir& 225; lejos».Grito de gloria de Eduardo Acevedo DíazI -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XI -XII ...
... angosto, que daba entrada a una huerta espaciosa y atendida con esmero, a juzgar por su aspecto halagador.Brenda de Eduardo Acevedo DíazPrólogo -Brenda -I -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XI ...
... de amor y de ilusi& 243;n, agreg& 243; antes de alejarse con imperio:-& 161;Ir& 225;s ma& 241;ana Brenda de Eduardo Acevedo DíazPrólogo -Brenda -I -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XI -XII -XIII ...
... y los planazos y las corridas; hasta que Perico poni& 233;ndose de pie con arrogancia, pidi& 243; los zancos.Ismael de Eduardo Acevedo DíazI -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XI -XII -XIII -XIV ...
... es hora, adi& 243;s... & 161;Del sue& 241;o con que empieza el amor, no se deber& 237;a nunca despertar Brenda de Eduardo Acevedo DíazPrólogo -Brenda -I -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XI -XII ...
... ventana, ansioso de aspirar la fresca aura de la noche.Fue en ese instante, que Areba alcanz& 243; a percibirle.Brenda de Eduardo Acevedo DíazPrólogo -Brenda -I -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X ...
... echa vuelo por milagro, no te asust& 233;s, yo te barajo en la lanza y qued& 225;s siguro.Grito de gloria de Eduardo Acevedo DíazI -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XI -XII -XIII -XIV -XV - ...
... & 233;l era en efecto, obedeci& 243; en el acto y penetr& 243; en pos de su amo al escritorio.Grito de gloria de Eduardo Acevedo DíazI -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XI -XII -XIII -XIV -XV ...
... ;rboles, y ocurri& 243;sele pensar en las hadas que nacen y se desvanecen al p& 225;lido rayo de la luna.Brenda de Eduardo Acevedo DíazPrólogo -Brenda -I -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XI -XII ...
... golpe en la cabeza, y hab& 237;a que esperar con paciencia a que se echase el & 241;udo y se afinara el estrumento.Ismael de Eduardo Acevedo DíazI -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XI -XII -XIII ...
... cerriles, sin embargo, se hizo m& 225;s tarde bizarros veteranos, laureados en cien batallas gloriosas.Ismael de Eduardo Acevedo DíazI -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XI -XII -XIII -XIV -XV ...
... su tela rejoneada por el acero y cubierta de manchas de sangre en testimonio mudo del esfuerzo y del sacrificio.Grito de gloria de Eduardo Acevedo DíazI -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XI -XII ...
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