... , suspiraba hondamente, pedía agua, revolviéndose en el lecho, ponía los ojos en blanco con expresión impropia de la infancia, mirada singular que técnicamente se llama cínica, y que, acompañada ...
... la c& 243;lera del teniente. En vago el primer golpe, su lanza en el segundo busc& 243; el blanco tan firme y certero, que rompiendo las dos manos que oprim& 237;an el sable, entr& 243; en el pecho ...
... dando gritos para asustar al terrible Rokh. Y se alejó volando pesadamente, y vi que era todo blanco, tan ancho como diez elefantes y más largo que veinte camellos.Entonces eché a andar muy de prisa ...
... el alma. A todos encantaba su gracia ingenua, y la amistad y el amor se le rendían. La tez de un blanco alabastrino, el cabello castaño, los ojos negros: ¿verdad que no pudo idear combinación ...
... ;a ahora algunas canas en su barba rojiza, y el cr& 225;neo m& 225;s desnudo, blanco y lustroso. Sus p& 225;rpados estaban siempre un poco inflamados, lo que parec& 237;a obligarle, mientras hablaba ...
... pestilentes, y enfermas y emponzoñas al género humano. Fada malhechora, vuelves negro lo blanco: hiere en las virtudes tu varilla siniestra, y las conviertes en vicios; cae en tus manos la inocencia ...
... metal, uno de los más grandes actos de caridad Mientras decía esto y caminaba con los ojos en blanco, y las manos alzadas al cielo, hacia su alcoba, los oyentes estaban consternados, y al ama ...
... del indio la amenaza de abandono, en seco ...Y por injurias de la suerte, aunque sea blanco el húsar y el indio color de ciruela, no puede el primero permitirse, como éste, el lujo de un trasplante ...
... entrelazaban con aparente descuido gruesos hilos de perlas. Su pie, calzado con raso blanco, podía competir con el más pulido de una gaditana, y sus manos, cubiertas de un ligero y perfumado guante ...
... las buenas disposiciones de la princesa de Albania, tan gozosa al adornar su retrato con el lacito blanco y rojo. ¡Rosario La mancha negra del felipismo; la sombra que eclipsaba su estrella ...
... - XV. Hastío de penurias - XVI. El escritor en marcha - XVII. Andando caminos - XVIII. Josefina Blanco y el segundo viaje a América - XIX. Opera Omnia - XX. Entre el dolor y la guerra - XXI ...
... ha podido inspirarte semejante conjetura?-Sea como quiera, mi flecha ha dadoen el blanco, y lo que importa es que tengáislo que tanta falta os hace. -¿Como has podidocreer que con el traje que visto ...
... preciosa. Caíanle sobre los hombros sus blondos cabellos con aderezos abrillantados, y su vestido de brocatel blanco, con abejas de oro, abierto por delante, dejaba ver su descote púdico, cerrándose ...
... tiempo, de modo queen tal materia no me resultaba oscuro.Hacia nosotros venía la criatura bella,de blanco vestida, y la cara cualsurge tremolando la matutina estrella.Abrió los brazos, y después ...
... mística y lunarVoy a entrar al olvidoBajo la tardeMadre locuraPara mí tu recuerdoEn el blanco cementerioC. ChaminadeAria galanteMujer de brumaPoemas (Borja)Memento musicalOfrenda de rosasFeliz ...
... ; jicarazo se ha llevado el pobrecito se& 241;or con tu carta Se qued& 243; al leerla m& 225;s blanco que el papel en que la escribiste. Me pregunt& 243; que qui& 233;n eras t& 250;, y de d& 243;nde ...
... nos presenta a Tomás en la perpetua contemplación de Dios. Alguien se acerca a él, le tira de su hábito blanco de dominico y le pregunta:«Fray Tomás: ¿ese cielo es como tú nos lo habías explicado ...
... desde tiempo inmemorial no se usaba, y en su boca negra y telarañosa se veía siempre un gato blanco acurrucado. La parte superior de aquel armatoste era palomar, donde más de doscientos pares tenían ...
... , cohetes de proximidad, etcétera.Las armas incendiarias (obuses, cargados con fósforo blanco. bombas de napalm etc.), los cohetes para bombardeos de saturación y. finalmente, las dos primeras bombas ...
... mística y lunar - Voy a entrar al olvido - Bajo la tarde - Madre locura - Para mí tu recuerdo - En el blanco cementerio - C. Chaminade - Aria galante - Mujer de bruma - Poemas ...
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