... Inclinó, pues, su cabeza con un signo de gratitud visible y estrechó en las suyas, trémulas de emoción, la mano que le tendiera su artificioso colocutor, intérprete experimentado y fiel de tales actos ...
... , cabellos negros, una boca grande y expresiva y unos ojos profundos. fue el receptáculo de emoción y sensibilidad que diez años antes había encarnado sarah bernhardt en la escena».Aunque su primera ...
... cosa colorada que le llamó mucho la atención. Se inclinó, y habiéndola recogido, cayó desmayado de emoción. ¡Acababa de encontrar la cornalina talismánica de Sett Budur Cuando volvió de su desmayo ...
Trafalgar& 160;: 17de Benito Pérez Galdós Trat& 233; de retardar el momento de presentarme a mi amo; pero, al fin, el hambre, la desnudez en que me hallaba y la falta de asilo, me obligaron a ir. Mi ...
... brazos, exclamando que sólo lo sentía por mí; pero un minuto le bastó para dominar su emoción, y me dijo, con más aire de triunfo que de abatimiento.-Hay que soportar con valor las contrariedades ...
... pagáis pronto vuestras deudas ––dijo Raúl riéndose,aunque su palidez revelaba la inevitable emoción del primer combate––. No habéis querido estarme mucho tiempo agradecido. A no. ser por vos ...
... vez en cuando algún consejo a Dora? Eso nos sería muy útil.-Trot -repuso mi tía con emoción-, no; no me pidas eso nunca.Hablaba en un tono tan serio que levanté los ojos con sorpresa.-¿Sabes, hijo ...
... dejan un surco ¡Ay , para muchos este surco es el de sus lágrimas.-Caballero, vos comprendéis mi emoción, ¿no es verdad? -dijo la señora Danglars-, ¡pues bien , este despacho por donde han pasado ...
El equipaje del Rey José& 160;: 7de Benito Pérez Galdós Olv& 237;dese la importuna digresi& 243;n, y sepan los que en ello tuvieren inter& 233;s, que antes que el ej& 233;rcito de Jos& 233; pasase el ...
... ellas cosas de su cabeza. Al anochecer, cuando iban a acostar a Marianita, la besaba en la frente con emoción, como si padeciese el horrible temor de no verla con vida a la mañana siguiente.—¡Jesús ...
... , una taza de té volcada... -Tonterías -prosiguió don Gabriel sin fijarse en la gran emoción de Asís-, pero que se pagan caras a veces... Sucede que se nos imponen, y que por obedecerlas, una mujer ...
... traerte la Libertad. Tómala (reforzando los pisotones), tómala por buenas o por malas». Poseído Ibero de emoción viva, callaba, y pisaba suavemente. Sus primeros pasos en España después de tan larga ...
Brenda& 160;: 37Soliloquiosde Eduardo Acevedo Díaz En la noche del mismo d& 237;a en que ocurri& 243; el incidente, Areba esperaba la visita del doctor de Selis, con esa natural impaciencia de la que ...
La familia de León RochSegunda ParteCapítulo II Memorias. Tristezasde Benito Pérez Galdós Aquella noche s& 243;lo se sentaron a la mesa, como Pepa dijo, cuatro personas. Gozosa de verse entre amigos ...
... la cornalina " Y penetró como un loco en el cuarto de la princesa, y cayó a sus pies, desmayado de emoción. Y en seguida hizo irrupción, en la estancia donde la princesa prodigaba sus cuidados a Maruf ...
... de conducta estaba trazado, ¡y qué bien trazado Yo me levanté, y le dije sin mostrar emoción: «Conviértete, y hablaremos» y me retiré, dejándole solo. ¡Cómo recuerdo aquella noche Me acuerdo ...
... . Lo que no obsta para que después del asesinato del zar Alejandro II en 1881, Marx evoque con emoción a los terroristas rusos: «son personas notablemente hábiles, sin poses melodramáticas, simples ...
... murmuró para sí:-Quién sabe si no es don Segundo Sombra.-Él es -dije, sin saber por qué, sintiendo la misma emoción que, al anocher, me había mantenido inmóvil ante la estampa significativa ...
Entre naranjosde Vicente Blasco Ibáñez Segunda ParteVI–Dice usted bien, Andr& 233;s. Rafael no es mi hijo; me lo han cambiado. Esa perdida ha hecho de & 233;l otro hombre. Peor, mil veces peor que su ...
La pluma en el viento& 160;: Canto tercero de Benito Pérez Galdós Efectivamente, dos grandes y poderosas huestes iban a chocar en aquella planicie. & 191;A qu& 233; describir el brillo de las armas ...
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