... ; Pedro Salinas, antes que nada era voz; Vicente Aleixandre, con sus Espadas como Labios; Eduardo Marquina, preocupado por que en Flandes se estaba poniendo el sol: Jorge Guillén, que ya era Cántico ...
... 187;, con las costillas al aire, sin lengua y sin cola, cual si dos jaguares hubiesen cebado en sus carnes colmillos y garras.Ismael de Eduardo Acevedo DíazI -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XI ...
Brenda& 160;: 17En la chozade Eduardo Acevedo Díaz Preocupado estaba Ra ... qu& 233;? & 201;l mismo no habr& 237;a podido decirlo.Brenda de Eduardo Acevedo DíazPrólogo -Brenda -I -II -III...
... 233;l menos de decirse interiormente, como un resumen de levantadas ideas: «con esta moral se ir& 225; lejos».Grito de gloria de Eduardo Acevedo DíazI -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XI -XII ...
... aún Hendon la muñeca del príncipe, es decir, del rey. Ya había trascendido la terrible noticia, que Eduardo supo a un tiempo por miles de voces: "El rey ha muerto." Esta nueva estremeció el corazón ...
... portillo angosto, que daba entrada a una huerta espaciosa y atendida con esmero, a juzgar por su aspecto halagador.Brenda de Eduardo Acevedo DíazPrólogo -Brenda -I -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX ...
... de amor y de ilusi& 243;n, agreg& 243; antes de alejarse con imperio:-& 161;Ir& 225;s ma& 241;ana Brenda de Eduardo Acevedo DíazPrólogo -Brenda -I -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XI -XII - ...
... Volvamos ahora al protagonista del drama policial que nos ocupa tomándolo años antes de su primer puñalada. Juan Moreira de Eduardo GutiérrezPrólogo - I -II -III - IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XI -XII ...
... a algazara y los planazos y las corridas; hasta que Perico poni& 233;ndose de pie con arrogancia, pidi& 243; los zancos.Ismael de Eduardo Acevedo DíazI -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XI -XII ...
... . Los maquinistas, franceses todos, diagnosticaron con pesimismo; por fortuna el oficial de Ingenieros don Eduardo Iriondo, tan animoso como entendido, tomó a su cargo la cura del organismo enfermo ...
... seco, mientras el Cacique, desde el recado reclamaba su parte con sendas meneadas de cola y cariñosos ladridos. Juan Moreira de Eduardo GutiérrezPrólogo - I -II -III - IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XI ...
... combate asombroso, en que Moreira había vencido a una partida reforzada, perdonando la vida al capitán. Juan Moreira de Eduardo GutiérrezPrólogo - I -II -III - IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XI -XII ...
... , Reino Unido, 1485). Rey de Inglaterra (1483-1485). Después de hacer perecer a sus sobrinos, hijos de Eduardo IV, de quienes era tutor, reinó como un déspota y fue asesinado por Enrique Tudor.
... es hora, adi& 243;s... & 161;Del sue& 241;o con que empieza el amor, no se deber& 237;a nunca despertar Brenda de Eduardo Acevedo DíazPrólogo -Brenda -I -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XI -XII ...
... ventana, ansioso de aspirar la fresca aura de la noche.Fue en ese instante, que Areba alcanz& 243; a percibirle.Brenda de Eduardo Acevedo DíazPrólogo -Brenda -I -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X ...
Grito de gloria& 160;: 21de Eduardo Acevedo Díaz Un viernes por la noche la ... s, yo te barajo en la lanza y qued& 225;s siguro.Grito de gloria de Eduardo Acevedo DíazI -II -III -IV -V -VI...
... fase, la misa y la doctrina no se alteraron. La reforma del culto religioso no se realizó hasta el reinado de Eduardo VI (Book of Common Prayer de 1549 y 1552); en ella pueden comprobarse influencias ...
Brenda& 160;: 7Estrella de marde Eduardo Acevedo Díaz Cuando Zelmar ... 225;ndose en mon& 243;tonas cadencias por la soledad del mar.Brenda de Eduardo Acevedo DíazPrólogo -Brenda -I -II -III...
... improviso murmurando suave al o& 237;do:-¡El catalejo -S& 237; -dijo la se& 241;ora-. ¡Vamos al mirador Grito de gloria de Eduardo Acevedo DíazI -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XI -XII -XIII ...
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