La estafeta romántica& 160;: 33de Benito Pérez Galdós De la misma a la misma Carabanchel, Septiembre.Aqu& 237; respiro, amada m& 237;a; todas mis penas conmigo me las traigo; pero las aten& 250 ...
ODonnell Capítulo XXde Benito Pérez Galdós ¡No había caído mala nube sobre nuestra pobre España Los moderados, con el brazo férreo de Narváez y la despejada cabeza de Nocedal, estaban otra vez en ...
... impresor, concólera-. Los curas, a quienes Napoleón llamó con su concordato, envez de ... pugnala moda y lo bello.Rojo y negro de Stendhal Capítulo I -Capítulo II -Capítulo III...
Trafalgar& 160;: 7de Benito Pérez Galdós A la ma& 241;ana siguiente se me preparaba una gran sorpresa, y a mi ama el m& 225;s fuerte berrinche que creo tuvo en su vida. Cuando me levant& 233; vi que D ...
... y la cuenta del doctor, de sus miradas á Napoleón y del beso cínico á Durbán, del ... mo era.<<< Primera parte - Segunda parte - Tercera parte I - II - III - IV - V - VI -...
... tres sangrías, el requiebro francés de un soldado de Napoleón: «charmante femme»& 91;1& 93; la ... don Robustiano. ← Capítulo anteriorTítulo del capítuloCapítulo siguiente →-
El equipaje del Rey José& 160;: 20de Benito Pérez Galdós Luego que Monsalud saliera de la prisi& 243;n, se seren& 243; un tanto; mas por alg& 250;n tiempo estuvieron a& 250;n sus entendederas en ...
... dio el ser. Después se arrastró a los pies de Napoleón como un pordiosero, mientras España entera ... inaudito.La fontana de oro de Benito Pérez GaldósPrólogo - I - II - III -...
Bailén& 160;: 4de Benito Pérez Galdós Lo que he contado pasaba el 20 de Mayo, si no me enga& 241;a la memoria. Poco a poco fui avanzando en mi convalecencia, y en pocos d& 237;as me hall& 233; ya con ...
... ideal del diplomático a loMetternich. Tampoco Napoleón quería ver en tomo suyo ... le ha sido concedido ya.Rojo y negro de Stendhal Capítulo I -Capítulo II -Capítulo III...
Bailén& 160;: 6de Benito Pérez Galdós Tal es la Mancha. Al atravesarla no pod& 237;a menos de acordarme de D. Quijote, cuya lectura estaba fresca en mi imaginaci& 243;n. Durante nuestras jornadas ...
Bailén& 160;: 30de Benito Pérez Galdós Una vez arriba, el ayo inform& 243; a los viajeros de lo que ocurr& 237;a, y pasando adentro las tres se& 241;oras, el diplom& 225;tico se qued& 243; con D. Paco ...
El 19 de Marzo y el 2 de Mayo& 160;: 28de Benito Pérez Galdós Llegu& 233; a la calle en momentos muy cr& 237;ticos. Las dos piezas de la calle de San Pedro hab& 237;an perdido gran parte de su gente ...
... coro de ángelesde Pedro Antonio de Alarcón - I - Un alma a la modaEran las siete menos ... la naturaleza del hombre ¡Hasta los salvajes bailan ¡Napoleón y Luis Felipe bailaban...
Bailén& 160;: 26de Benito Pérez Galdós Hall& 225;ndome desmontado, me dirig& 237; a buscar un puesto entre las escoltas de la artiller& 237;a o en el servicio de municiones que se hac& 237;a ...
El equipaje del Rey José& 160;: 12de Benito Pérez Galdós Cuando Jean-Jean y comparsa se empe& 241;aban en llevar a Salvador a la taberna, este iba en tal estado de sombr& 237;o estupor y excitaci& 243 ...
La Corte de Carlos IV& 160;: 4de Benito Pérez Galdós El del Pr& 237;ncipe estaba ya reconstruido en 1807 por Villanueva, y la compa& 241;& 237;a de M& 225;iquez trabajaba en & 233;l, alternando con ...
Los duendes de la camarilla Capítulo XIIde Benito Pérez Galdós Ganando fuerzas y cobrando ánimos en su lenta reparación, gracias a los cuidados y al cariño de Lucila, que así le proveía de alimentos ...
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