... amigo Manso Capítulo VIde Benito Pérez Galdós Capítulo VI - Se llamaba IreneSu palidez, su mirada un tanto errática y ansiosa, que parecía denotar falta de nutrición; su actitud cohibida y pudorosa ...
... azucarado, Amalia tuvo tiempo de contemplar por primera vez a Eduardo, cuya palidez y expresión dolorida del semblante le daba un no sé qué de más impresionable, varonil y noble; y al mismo tiempo ...
... .‑Ponte ante mí; así.Volvió a apoyar las manos en los hombros de Aliocha. Su cara se cubrió de una palidez mortal, sus labios se contrajeron, su mirada sondeó la de su hermano.‑Dime la verdad ...
... dioses. Estos soldados mercenarios de la inteligencia lo tachaban por eso de hipócrita, lo que aumentaba la palidez de Juan Jerez, sin arrancar de sus labios una queja. Y otros decían, con más razón ...
... don Álvaro y sus padrinos, más el señor don Robustiano Somoza. Mesía estaba hermoso con su palidez mate, y su traje negro cerrado, elegante y pulquérrimo. A don Víctor se le saltaron las lágrimas ...
... pureza; sus dientes, blancos como perlas, resaltaban entre su negro bigote. Sólo aquella palidez era extraña. Parecía un hombre encerrado mucho tiempo en un sepulcro, que no hubiese podido recobrar ...
... Lallave , la de arriba, donde est& 225;n los...& 160;& 191;C& 243;mo?Yla miraba, todo asombrado por la palidez de su cara.& 160;& 161;Laquiero , & 161;d& 225;mela Comoel tabique era delgado, se o& 237 ...
... y apretados contra el pecho, le miraba conadmirable paciencia: una total y profunda palidez había sustituidolos vivos colores que no ha mucho encendían su rostrosublime.El príncipe, diferenciándose ...
... trata de faltas; indica que yo he despertado un sentimiento que dorm& 237;a, & 191;no es verdad?La palidez de Sola se disip& 243; como un velo que se rasga dejando ver la claridad que encubre, y as ...
... su convulsa mano, lo expuso al rayo de la luna y leyó...De repente la palidez de la cólera dio lugar a la palidez del espanto. Una nube sangrienta obscureció sus ojos; su corazón...
... almas sensibles es cáncer incurable, y la continua penitencia le habían demacrado y cubierto de una palidez de muerto; los ralos cabellos que adornaban su cabeza sobre las sienes, eran hebras de plata ...
... Leonor era tan dulce, había en sus palabras una magia inexplicable, su mismo delirio, la palidez de su rostro, sus ojos cubiertos de lágrimas que fijaba en el semblante del rey con cierta expresión ...
... demás. Autorizado, se acerca el acompañante. La luz poniente enciende su cara, de un tono en que la palidez parece difamada con arcilla. Se descubre, y veo su pelo tupido, rizoso, su frente bruñida ...
... excesos de pena o de alegr& 237;a. El rostro del don Juan, por el contrario, era todo gravedad, decorada con palidez de buen tono. No daba Romarate cr& 233;dito a sus ojos: buscando el testimonio ...
... escrito en su rostro con tan indelebles rasgos, que su fresca fisonomía, de sana y caliente palidez, se había convertido en un rostro ojeroso, deshecho, un cuerpo agitado por escalofríos y espasmos ...
... de moribundo: los ojos sumidos, la nariz afilada, la boca medio abierta y una palidez mortal difundida por todo el rostro. Casi igualmente moribunda, al menos en la apariencia, estaba a su cabecera ...
... la puerta, como alma del otro mundo, vaga en la forma, insensible el paso, la imagen de Aura, toda palidez en el rostro, en los ojos toda fuego, el pelo sencillamente recogido m& 225;s que peinado ...
... resistencia inesperada irritó a Comminges. Se le vio palidecer; pero en un hombre valiente la palidez no indica sino un exceso de ira... Con gran furor y pericia redobló sus ataques... En uno nuevo ...
... habitación estaba sumida en la penumbra, sin lo cual Alberto hubiese podido ver la lívida palidez, que se extendía sobre las mejillas del conde y sorprender el temblor nervioso que sacudió sus hombros ...
... la cuesta abajo, marchando con su sencilla despreocupación por la mitad de la acera, seria y noble en su palidez, alta la frente... Nunca había visto llevado el impudor con tal decoro. Temió Víctor ...
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