IIIParte Segunda (Capitulo III)de Benito Pérez Galdós Doña Lupe se quedó que no sabía lo que le pasaba.«¡Papitos, Papitos ... No, no te llamo... vete... ¿Pero has visto qué insolente? Si no es él, no ...
IVParte Segunda (Capitulo II)de Benito Pérez Galdós La única visita que recibían era la de Feliciana y Olmedo. Ni una ni otro agradaban mucho a Maximiliano: ella por ser ordinaria y de sentimientos ...
IIParte Segunda (Capitulo I)de Benito Pérez Galdós Juan Pablo, que siempre se había equivocado en lo referente a sí mismo y andaba por caminos torcidos, acertó al disponer que su hermano pequeño ...
VParte Primera (Capitulo IX)de Benito Pérez Galdós Ido seguía corroborando, aunque no había entendido aquello de la yeción, ni lo entendiera nadie. Con tal palabra Izquierdo expresaba una colisión ...
... ;r, dijo Cuar& 243;:-Las dos muchachas son muy g& 252;enas...& 160;& 160;& 160;& 160;& 160;Jacinta se le juy& 243; a Frutos, y aura no m& 225;s, no quiere cabrestearle a Calder& 243;n que al & 241;udo ...
... vano de las puertas, su destreza para ovillar las madejas de doña Carmen. Cargada de su presencia, Jacinta salía del inquilinato, atravesaba lentamente la ciudad.A esa hora las personas habían entrado ...
... , mientras el muchacho tomaba fresco en la vereda, madre e hija discurrían algún nuevo escondite. Y Jacinta evocó una mañana de otoño. Oía gemidos en la pieza contigua. Entró, se aproximó a su madre ...
... Carmen le dijo:—No es lo que piensas, María. El señor viene únicamente a conversar contigo sobre Stocker y Jacinta Vélez. Quiere que le digas la verdad.—Pasen. Basta que sea amigo tuyo, yo le diré ...
... consagraba largas horas, fumando constantemente puros habanos de los mejores. En Doña Jacinta observó Calpena el prototipo de la dama casera, pues no había otra que la igualase en dirigir y conservar ...
... .Ya que no había campanas en la torre, doblaba el esquilón del Camposanto con lenta y agudísima tristeza.Jacinta y Nora rezaban en la sala, y su rezo aumentó su angustiada unción cuando cruzó la calle ...
... & 243;n... Ape& 225;te, que yo vuelvo de aqu& 237; a un ratito.-El asao est& 225; listo -repuso Jacinta;- ¡lindo no m& 225;s Es una carne flor como la de regalo.Gui& 241;aba un ojo, con una sonrisa ...
... de progresión menos terrible,Salía otra vez. Tornaba a darle un abrazo de inútil consuelo a su Jacinta, y se encerraba en el despacho. Estudiaba y revisaba su bolsa de curar, mala, pobre, no provista ...
... III& 160;03Pág. 03 de 28El médico rural- Primera parteFelipe TrigoDormía Jacinta, y su marido se incorporó junto a ella cautamente para ver el reloj, en la mesita.Las tres.Cerró el libro.Llevaba ...
... ;r, dijo Cuar& 243;:-Las dos muchachas son muy g& 252;enas...& 160;& 160;& 160;& 160;& 160;Jacinta se le juy& 243; a Frutos, y aura no m& 225;s, no quiere cabrestearle a Calder& 243;n que al & 241;udo ...
... .«¡Jauja ... este hermoso Castellar» -tornaban a pensar y a decirse con los ojos Esteban y Jacinta.Y Jacinta, animada con Rosa y con Luisín, se fue en un holgorio de risas y gritos a...
... ustedes de Sevilla, creo?Explicáronla. De Badajoz, él, y había estudiado tres años en Madrid; Jacinta, nacida en Barcelona, recorrió muchas ciudades con su padre, ingeniero militar, teniente coronel ...
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